Por: Curro González y Carmen Marchena, sobreescalada.com
Tras una larga estancia de varios meses en el sur de Groenlandia trabajando como guías de Kayak y de montaña, Oli y yo llegamos a la conclusión , de que nos apetecía tener un Qajaq de mar propio. No sabíamos muy bien qué modelo queríamos, ni si quiera de qué material estaría construido (aunque Oli lo tuvo claro desde el principio; fibra), así que nos fuimos unos días a las costas de Galicia a probar algunos modelos.
Nuestro amigo Jaime, propietario del maravilloso Camping de Limens y fundador de la empresa Nordes Kayak, sería el encargado de facilitarnos varios modelos de prueba y asesoramiento a la hora de la elección; Pero primero yo, debería pasar el visto bueno del gurú, ya que por entonces no me conocía (Oli ya había realizado diferentes rutas con ellos).

Y es que Jaime, no deja los Qajaq de mar de fibra a cualquiera, antes de degustar estos preciados bienes, debes pasar por su peculiar escáner inquisidor gallego, algo que con el tiempo, llegas a coger cariño.
Tras una semana de navegar por las costas gallegas, realizando diferentes rutas y probando diferentes Qajaq, tomamos la decisión, es así como adquirimos a Prudencio y a Guindilla, los que son desde entonces y hasta el día de hoy, nuestros Qajaq de mar.
Para aquellos que queráis comenzar a navegar por las costas Gallegas (concretamente por las inmediaciones de la Ría de Vigo), os dejo tres propuestas, bajo nuestro punto de vista son rutas espectaculares, aunque ojo, aquí el mar no regala nada y es posible que haya alguna que otra sorpresa.
De Bouzas a Baiona
En el año 2003, junto a Miguel Ángel Vidal, Óscar Morales y Chus Lago, visité por primera vez la cordillera del Himalaya. En aquel viaje, escalamos y exploramos diferentes cascadas de hielo que descendían del cercano Annapurna, una de estas rutas la bautizamos «Ría de Vigo», en honor a nuestra compañera gallega Chus.
Puedes ver este viaje aquí:
Tras muchas andanzas en la vida y después de muchos años, me encontraba navegando por las aguas de la ría, algo que sin duda, me sorprendía y agradaba inmensamente.
Esta es la ruta más sencilla de las tres propuestas, aunque «la sencillez» siempre va a depender del estado de la mar, en nuestro caso, elegimos, creo, un día inmejorable. Partimos del cercano Barrio de Bouzas (en Vigo) para navegar por la costa, con las islas Cíes protegiéndonos a estribor y hacia el conocido puerto de Baiona, pasando por las conocidas playas de Patos y Playa América, dejando después, también a babor, nuestro preciado Monteferro que nos brindara en su día espectaculares escaladas en sus acantilados.
Durante el recorrido, deberemos prestar atención al calado en algunos tramos y por supuesto, también al estado de la marea para sortear algunos pasos, sobre todo al cruzar entre la costa y Illa da Estela, donde podemos encontrar corrientes y además, está prohibido desembarcar.
Si el mar estuviera en condiciones, no se debería de dejar escapar la continuación de la travesía hacia Oia, espectacular y salvaje costa que no os dejará indiferentes, para finalizar en A Garda, localidad donde el río Miño vierte su caudal al mar.
Cabo Udra
Esta es la primera, de las dos propuestas restantes, que toma como punto de partida la bella y «riquiña» localidad de Aldán.

Comenzar la navegación en la ría de Aldán solo significa dos cosas, aventura y belleza. Doblar cualquiera de los dos cabos que salvaguardan la entrada o salida de la ría no es tarea sencilla, y solo se debería acometer con el mar en cierta calma, y por supuesto, con cierta experiencia.
A lo largo de la costa norte de la ría de Aldán hacia Cabo Udra, encontramos algunas de las playas más solitarias y paradisiacas de la zona, son pequeñas calas que se esconden detrás de un accidentado perfil costero y casi siempre solitarias.
Si el mar lo permite, podremos gozar de multitud de pasillos rocosos en donde jugar con nuestro kayak, así como, algún islote «aislado».
La travesía termina en la conocida playa de Lapamán en la localidad de Bueu, bonita playa que guarda un gran tesoro, el Fogar do Santisimo Lapamán, suculentos manjares que nos esperan para saciar el tan voraz apetito que produce el mar.
Costa da Vela
Sin duda, esta es la ruta más comprometida de las tres propuestas, y sólo se debería acometer con el mar acorde a nuestro nivel de experiencia, aunque sea cual fuere éste, el mar de fondo será el protagonista de la travesía.
Observar la Costa da Vela desde el mirador de Donón y sus vías de escalada, es al menos sobrecogedor, las grandes olas rompen con fuerza en los acantilados rocosos que se precipitan hacia el mar sin dilación. El solo hecho de imaginar algún problema con tu embarcación en semejante lugar, eriza la piel hasta el último resquicio.

Por contra, la travesía ofrece unas sensaciones y un paisaje inigualables. Una vez más, navegamos con las Islas Cíes a estribor, bellísimas Islas que nos protegen de las inmensas olas oceánicas que se ocultan tras sus acantilados en la costa oeste y en las que llevamos puesta la mirada desde hace tiempo (Oli, ya navegó hasta allí, pero ahora quiere volver con su Anna La Guindilla).
El primer pasaje clave de la travesía es la Punta Couso, aquí el estado de la mar normalmente cambia y se vuelve más «alegre», y deberemos prestar atención al trayecto adecuado para la superación del tramo.

Como os comentaba, el mar de fondo va a ser protagonista (con total seguridad) durante la travesía de la Costa da Vela, que en ocasiones puede ser acusado. Es aconsejable desplazarse bastante alejado de la costa, ganaremos seguridad en caso de tener problemas y evitaremos el efecto rebote de las olas.
Otro punto clave viene antes de doblar Cabo Home, de nuevo el estado de la mar suele cambiar y hay que afinar un poco, pero se podría decir que tras virar Cabo Home y superar tanto la Punta Subrido, como la Playa de Melide la travesía puede perder carácter, aunque en este mar nunca hay que bajar la guardia, pero ya sólo queda disfrutar de la paradisiacas Playa de Barra y Nerga, del avistamiento de Delfines y una agradable navegación hasta la Playa de Liméns.
Como os podéis imaginar existen multitud de rutas de Kayak por el lugar, el interior de la Ría de Vigo es un buen refugio para cuando el estado de la mar no es apto para la navegación, pero éstas las recordamos con especial cariño.
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