Por: Curro González, sobreescalada.com
La primera vez que escalé (y la tercera o cuarta) una ruta de varios largos y autoprotección, fue en el Yelmo, en la Pedriza. La ruta elegida fue la Hermosilla, subimos una tarde de invierno antes de que oscureciera al vivac de la pradera del Yelmo, una vez acomodados, mal cenamos bajo la atenta mirada de la gran mole granítica. Todo parecía estar tranquilo y bajo control hasta que a un iluminado (íbamos tres en la cordada) se le ocurrió una gran idea: «¿Y si subimos ahora? «
Nuestras inexpertas cabezas no soportaban más incertidumbre y expectación, así que accedimos rápidamente a la propuesta de nuestro compañero «experimentado», de todas maneras no íbamos a pegar ojo por el nerviosismo…

Dos cuerdas de 11 mm, algunas cintas express, algunos empotradores, arnés Roca, pies de Gato Solo climing, un frontal y un Ocho, este era el material que emplearíamos para intentar escalar la ruta elegida. Empezó escalando nuestro compañero «experimentado» que tras nuestra llegada a la primera reunión, ascendió de nuevo a la siguiente y una vez en ésta, la escalada se atragantó, la oscuridad ocultaba el trazado y los seguros de la placa del siguiente largo (nuestros frontales eran de aquella manera, nada de 7000 lumenes ni led, bombilla sin más), hicieron que nuestro compañero «experimentado» no lo viera claro, tocaba rapelar.
A la mañana siguiente ya con luz, volvimos a la carga (por entonces no había que preocuparse por aglomeraciones) pero esta vez solamente éramos dos, nuestro compañero «experimentado» decidió bajar a escalar al Cancho de los Brezos con unos amigos, no sin antes darme un buen curso de aseguramiento y autoprotección de al menos 15 minutos.
Tras esta masterclass adquirí la titulación de «compañero experimentado», así que mi amigo y yo nos acercamos de nuevo hasta pie de vía. Menos mal que había estado hace apenas unas horas por allí, porque una de las grandes dudas que tenía al empezar a escalar esto de vías largas, era como localizar y seguir el itinerario.
Como «compañero experimentado» me tocó escalar a mi la vía de primero, recuerdo que coloqué algún empotrador en la fisura del primer largo (no sé si porque era necesario o por puro miedo) y lo flipé con lo que me costaba pasar la soga a la hora de asegurar con el Ocho (pese a colocarlo rápido tal cual me dijeron). La escalada fue fluyendo con la rapidez del neófito hasta llegar de nuevo a la temida placa lisa de la noche anterior, pero en esta ocasión pudimos localizar un seguro lejos, muy lejos, tocaba pasar miedo…

Si me lo permitís, en esta ocasión voy a ejercer de «compañero con algo de experiencia» y os voy a presentar una selección de vías de autoprotección que os van a ayudar de una forma lógica y progresiva a practicar esto de la escalada de varios largos y de autoprotección.
Evidentemente como no me ocurrió a mí, es más que aconsejable antes de adentrarse en materia, haber recibido primero formación al respecto, pero vamos, a los más aguerridos autodidactas también le será de utilidad.
Antes de comenzar me gustaría recalcar que es una selección personal y os puede gustar más o menos, incluso parecer que faltan o sobran propuestas.

Peñotillo Bajo
Vamos a empezar esta selección con esta modesta cumbre rodeada de hermanas mayores como la Maliciosa y el Peñotillo, propuestas más ambiciosas para escaladores con algo más de experiencia. He elegido esta opción como primera por ofrecer generalmente una escalada sencilla, en buena roca con bastantes posibilidades de protección y un bonito paisaje. La única pega es que como primera toma de contacto tendréis que montar las reuniones vosotros, algo que incrementa el nivel de dificultad técnica.

En el risco existen unas cuatro líneas de escalada abiertas que se pueden combinar entre sí, posiblemente la mejor del risco sea la que os propongo: «Placa de los Almorchones V 75 m». Se encuentra limpia y normalmente se hace una reunión intermedia en una pequeña repisa antes de los bloques cimeros (Primer largo V y segundo IV+). Es una escalada entretenida en donde se navega por una placa tumbada de buen agarre para salir a la cumbre por terreno sencillo entre bloques y fisuras.
Aunque esta sea la escalada propuesta, siempre podréis ir buscando el terreno más sencillo gracias a las diferentes opciones que ofrece la pared. Las dos reuniones se montan en grandes bloques, pudiendo hacerlas en puentes de roca reforzables con friends.

El descenso no presenta dificultad, realizando un corto destrepe por la cara opuesta y regresando tranquilamente hasta pie de vía.
La aproximación resulta evidente desde la Barranca ya que se distingue claramente las placas blanquecinas por donde transcurren las vías de escalada desde el parking, en poco más de una hora estaremos a pie de vía.

Otras opciones: «Escaladas en el Peñotillo bajo, el Peñotillo y la Maliciosa»

La Pedriza. Risco de los Principiantes
No podríamos hacer una selección de la zona centro sin contar con la Pedriza, pocos lugares ofrecen tal variedad de rutas de escalada como la que encontramos entre estos roquedos. Es por ello, que resulta muy difícil decantarse por uno, aunque si buscamos una escalada de autoprotección sencilla la búsqueda se acota.
La siguiente propuesta se compone realmente de diferentes líneas que surcan el mismo risco, de esta manera compensamos la poca longitud que tienen los itinerarios. Al contrario que sucediera en la propuesta anterior encontramos generalmente las reuniones equipadas y el descenso se realiza mediante rapel (llevar cuerda doble), aunque existe la posibilidad de realizar un último largo sencillo hasta la cumbre del risco y descender andando desde el mismo (para aventureros).


La vía Normal 40 m Vº. Durante gran parte de la segunda mitad del siglo pasado esta ruta era usada para enseñar a los principiantes las técnicas básicas de escalada. Actualmente se encuentra olvidada, seguramente porque a excepción de un par de pasos aislados, la vía no tiene mucho interés.
Aún así es una buena opción para completar el día con cualquier de las otras propuestas de escalada con las que cuenta el risco, además esta zona se encuentra en sombra la gran parte del día, algo que podremos aprovechar las jornadas más calurosas.
El Diedro 40 m Vº. Bajo mi punto de vista es una línea espectacular de corte clásico ideal para practicar la autoprotección, no la podéis dejar escapar. La vía surca un largo diedro de 40 metros, asequible y fácil de proteger, el largo está limpio así que conviene llevar friends pequeños y medianos para proteger.
Otra propuesta más que aconsejable es la conocida Mira un Búho 40 m V+, requiere algo más de pericia en la colocación de seguros flotantes y es un poco más compleja que las dos propuestas anteriores, pero para aquellos con algo más de experiencia o decisión es una alternativa perfecta.
Es una vía muy aérea y seguramente una de las más bonitas en su grado de la Pedriza, el inicio de la vía es el mismo que el Diedro, pero a los pocos metros sale en travesía hacia la izquierda por una gran laja.
Más información: Cuaderno de escaladas




El Mondalindo
Tremendo terreno de juego para la práctica de autoprotección en líneas generalmente sencillas, encontrando rutas totalmente limpias o semiequipadas. Esta es la zona más amplia y variada de escalada de la zona de Bustarviejo, encontrando generalmente vías de varios largos que surcan las diferentes formaciones de los canchales rocosos que descienden del del Pico Mondalindo hacía el valle.
Pese a contar generalmente con rutas sencillas, hay que tener en cuenta que para poder ascenderlas deberemos realizar varios largos, maniobras que pueden ralentizar mucho la progresión de la cordada (sobre todo para los neófitos), también hay que prestar atención a una posible retirada ya que deberemos enlazar varios rápeles consecutivos para alcanzar el suelo, sin olvidar claro está, las posibles problemáticas que podríamos tener si no somos capaces de leer bien el recorrido en una pared de de «grandes» dimensiones.
Por ello he considerado poner esta propuesta en tercera posición, una vez escaladas las anteriores líneas llegaremos «finos» para afrontar cualquiera de las opciones que cuenta el lugar.


Encuentra todas las vías e información en:

Pico del Nevero
Esta zona es quizás la menos conocida y frecuentada de todas las propuestas, aunque las rutas que surcan los diferentes riscos son relativamente sencillas, aquí encontraremos otros problemas añadidos que en las anteriores zonas no teníamos. Estoy hablando de en ocasiones: mala calidad de la roca, pocos lugares en donde asegurarse, rutas añejas y olvidadas (por lo tanto sin limpiar), reuniones sin montar y climatología de alta montaña.
Por contra, generalmente encontramos un terreno sin demasiada continuidad que nos permite una retirada «sencilla» (normalmente andando o con un rápel corto) en caso de tener que abandonar nuestra escalada. También tenemos a nuestro favor, (por supuesto obviando el maravilloso paraje en donde nos encontramos) que las líneas son normalmente cortas y que podremos realizar varias en la misma jornada.

Encuentra todas las vías e información en:

La Cabrera. Pico de la Miel
Este lugar para mi tiene un encanto especial, ya sé que la autopista lo afea bastante, pero en este lugar es donde me consagré como escalador. No es de extrañar por ello que haya realizado casi todas las rutas del lugar, viendo literalmente, como se ha ido transformando las paredes y alrededores durante el paso de los años (sobre todo estos últimos), por la gran afluencia de escaladores.
Muchas veces me han preguntado cuál ruta elegiría como primera toma de contacto, evidentemente depende mucho del nivel y la experiencia del escalador, pero si nos centramos en el tema que estamos tratando, elegiría el Espolón Manolín.
Sin duda es la ruta que más he repetido del Pico de la Miel: con cuerda, sin cuerda, corriendo, con mi hijo de 6 años, trabajando, etc, y he de deciros que no me canso de ella.

Era difícil buscar la posición adecuada de esta propuesta en la miniguía, ya que si nos ceñimos a la ruta en sí, bien podría estar en otro lugar. Pero la realidad es que la pared y la zona ofrecen tantas posibilidades de dificultad que he dejado abierta la opción a vuestra elección.
La única pega y por la cual he estado a punto de no ponerla, es que normalmente encontraréis otras cordadas en la pared, algo que no debería afectar a la seguridad, pero que puede ser un engorro.
Se trata de una larga línea que asciende por el marcado espolón de la cara sur del Pico de la Miel, las reuniones las encontraremos equipadas y en los largos también nos podremos encontrar con algún seguro fijo, pero el uso de seguros flotantes en nuestro aseguramiento en la progresión, es constante. El muro del cuarto largo es simplemente espectacular, pudiendo escalar por diferentes líneas con una dificultad similar.
Más información: Pelegrinajes

Información y reseñas:
Si habéis llegado hasta aquí escalando y con ganas de más os espera una larga temporada en la vertical, tenemos la suerte de contar en las inmediaciones de Madrid con muy buenos lugares para la práctica de la escalada de autoprotección.
Por cierto, no se me ha olvidado la zona de Peñalara, lugar icónico de los 90, es una zona con demasiadas problemáticas y restricciones, de la misma forma he evitado proponer aquellos lugares y vías que pudieran estar afectadas por regulaciones de escalada.