Por: Curro González, sobreescalada.com
Llevaba ya tiempo debiéndome a mi mismo unas vacaciones en soledad, sin más compañía que mis inquietudes y mis conversaciones interiores. Y he de deciros que no estaba yo muy seguro de llevarme bien conmigo mismo, pero finalmente con el transcurrir de los días, nos hemos hecho amigos.
Eso sí, resulta agotador cubrir todas mis expectativas y necesidades.
Hace la friolera de más de 20 años, cayeron en mis manos unas reseñas de un lugar perdido y mágico, Alto Tajo se llamaba. De entre todas las reseñas de escalada que aún conservo, destacaba una principalmente, La Torre de la Gitana, una esbelta aguja que se erguía desde las mismas orillas del río Tajo y que dominaba el mágico y solitario paisaje.

Como he comentado anteriormente, han tenido que transcurrir 20 años hasta que por fin mis pasos me llevaran hacia este lugar. Y he de deciros que si llego a saber de antemano las maravillas que guardaba este rincón, la visita no se hubiera hecho esperar.
Me he quedado fascinado al observar tal paraje de la naturaleza, no sólo alberga infinidad de agujas y roquedos para escalar (quizá esto sea lo de menos), ofrece la posibilidad a aquellas almas atormentadas, de cobijarse y descansar entre la paz del solitario bosque.
Y es que hoy en día resulta extraño encontrar un lugar en donde pasar días sin ver a otra persona, un lugar olvidado, desconocido y recóndito tan cerca de casa. Sin duda alguna la provincia de Guadalajara es la gran desconocida.

Mi intención durante estos días fue inspeccionar la zona, ver las posibilidades, empaparme de sus rincones. Y creo que mis objetivos se cumplieron con creces, pude hacer packraft en el río y escalar torres y roquedos en total sintonía y soledad con el medio. No puedo pedir más.
No resulta sencillo localizar lugares y situarse en semejante laberinto de cortados, váis a necesitar algunos días para comprender el entramado paisaje. Personalmente yo, antes de partir consulté a Uge (temas de escalada) e Hilo (temas del descenso del río) para recopilar toda la información posible. Y si os soy sincero, no fue hasta encontrarme allí cuando por fin lo comprendí.
Puente del Martinete – Fuente de la Teja
Mi intención era descender a lo largo del río Tajo con el packraft, hasta lo que podría ser el epicentro de la escalada del Alto Tajo, la Fuente de la Teja.
Son más o menos 40 km de río, en donde podemos encontrar todo tipo de resaltes, rápidos, enmarañada vegetación, porteos y aguas mansas. Sin duda una gran aventura que se vió algo desmerecida, por el poco caudal del río y el gran peso que transportaba (comida y todo el material de escalada).


El río Tajo en su descenso ha horadado un paisaje abrumador, más aún si cabe cuando lo ves desde el interior del mismo flotando en una pequeña embarcación hinchable. Desde este lugar la perspectiva cambia, las paredes adquieren proporciones Bíblicas y cada sonido que emana del fluir del río parece acercarte al fin del mundo. Todo ello alentado, por el pleno desconocimiento del lugar por donde transitas.
Las aguas revueltas dan paso a mansos platos en donde toca remar y poco a poco te acercas a un lugar infranqueable, el Salto Poveda, en donde tienes que poner pies en tierra y portear el material a un lugar por el que poder retomar el camino.




Unos kilómetros río abajo nos encontramos el Puente Poveda, desde éste y durante los 12 km que lo separan del lugar de escalada, el río se vuelve más manso, divertidos y sencillos rápidos con caudal suficiente para disfrutar de ellos, aunque existe un punto crítico antes de llegar a la Fuente de la Teja, un sifón que se crea cuando el río lleva poco caudal y que si no estamos duchos, nos puede acarrear problemas.
El Puente de Peñalen es la entrada al epicentro de la escalada, es a partir de este lugar en donde podemos encontrar la mayor concentración de torres y roquedos accesibles para escalar. Y no dudéis de que cada rincón que véis ya ha sido escalado, o que al menos, alberga una ruta de escalada.
La sencilla aproximación a través de la pista de tierra que transcurre paralela al río y las diferentes infraestructuras existentes de campamentos y pescadores han hecho de este lugar, un cómodo inicio de nuestras escaladas. Un hecho que aprovecharon los aperturistas en su momento y que hoy en día nos sirven como campamento base.

Torre de la Gitana
Poco a poco me voy deslizando por el río y voy comprendiendo cada rincón del mismo. A ambos lado van apareciendo infinidad de paredes rocosas que voy identificando sin mucha dificultad, ya que tienen identidad propia.
Es sorprendente el paisaje que se aúna con la soledad y crea una cálida y grata sensación de paz. Me dejo llevar por el río y éste poco a poco me enseña sus tesoros.




Evidentemente estos son solo unos ejemplos, por el camino he ido dejando innumerables rincones en donde escalar. Por citar tan solo uno, sólo tenéis que observar las impresionantes formaciones rocosas de la Muela del Conde.
Si no me equivoco Daniel Guirles y Manuel Marchal abrieron la primera vía de escalada que hoyaba la cima de la Torre de la Gitana. Una maravillosa ruta de escalada que transita por la excelente roca de la torre, aprovechando un sistema de fisuras y diedros anaranjados. Una auténtica joya que bien merece una visita.

Pude escalar en otra aguja más ese mismo día, en la Peña de los Tajeros. Una formación rocosa muy peculiar al lado mismo de la pista de tierra que guarda un segundo largo de lo más anecdótico.
No quise extender más mi estancia en este lugar, me ha gustado tanto que quiero compartirlo con mis amigos. Quiero mostrarles sus secretos y disfrutar juntos de ellos.

Hola! muchas gracias por la info! tengo algunos croquis de esa zona, pero los poquisimos que he podido encontrar sueltos. ¿Sabes dónde podría conseguir croquis de la muela del conde y todos los demás sitios?
Muchas gracias y un saludo.
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Hola Miguel, en los diferentes bares de la zona encontrarás algunos croquis actualizados. Un saludo.
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