Por: Curro González, sobreescalada.com
Podemos encontrar infinidad de definiciones y relatos de lo que supone escalar en las desafiantes paredes de Ordesa. Pero de seguro que ninguna se ajustará a lo que sintamos por primera vez al colgarnos del vacío entre sus entrañas. Es por ello que no voy a entrar en alabanzas ni historias para «no dormir», simplemente os animo a que si os motiva, lo probéis.
Si tuviera que aconsejar alguna ruta para empezar me vería en un serio aprieto, pues no sabría deciros por cual de ellas me decantaría. No creo que haya ninguna fácil, tampoco creo que sea un lugar para iniciados.

La Dispiau-Battaïa no fue ni la primera ni la última vía de escalada que he realizado en las diferentes paredes que forman el impresionante escenario rocoso, de este valle. Uno de los más conocido del Pirineo.
Es más, ni siquiera estaba en la lista de opciones de escalada ese día. Ya que nuestra idea era escalar la vía Lluna, pero estaba mojada, así que echamos un vistazo rápido a la zona. Y el destino y la cercanía a esta última, hicieron el resto.

Es una ruta muy bonita, larga y mantenida. Con poco equipamiento (pese a encontrar algún buril y clavos en el largo más difícil) y pasos expuestos y obligados.
La vía comienza en la cima de un pequeño contrafuerte a la izquierda de la chorrera gris por donde transcurre la vía Lluna. Sigue más o menos una línea oblicua a la izquierda hasta una cornisa. La vía gana el aplomo de los grandes techos de una manera directa y los sortea por la derecha.
Si tenemos que destacar algún largo en particular, resaltar el paso de bloque (6c+) del largo 4 y los largos 8, 9 y 10. Muy aéreos y de una escalada mantenida, en ocasiones expuesta.



En definitiva, una ruta muy aconsejable, donde deberemos navegar para encontrar el itinerario. Con roca aceptable y en donde conviene ir rodado en este terreno de aventura.