Por: Curro González, sobreescalada.com
No sé si ha sido mera coincidencia o el destino, pero el día que llegamos a la localidad de Cortina d’Ampezzo, hacía justamente 14 años desde la última vez que la visité.
Se dice pronto, 14 años (para mí era como si hubiera sido ayer), al parecer el transcurso del tiempo es mayor del que creemos.
La última vez, estuve acompañado por mis amigos Juan, Raquel y Carlos; en la semana y pico que anduvimos por la zona, pudimos exprimirla a fondo, escalando grandes clásicas que transcurrían por farallones rocosos impresionantes.
Por entonces aún continuaba en plena ola de expediciones y viajes, ajeno a la realidad paralela que años más tarde se cruzaría en mi camino.
Ese mismo año 2009 había estado en Alaska, después de éste viaje a Dolomitas me marché dos meses a la India, y aún me quedaba para finalizar el año, Patagonia.
Esta intensidad pronto se vería truncada al siguiente año, en dónde todo se vió ausente de sentido y de valor, y cambié drásticamente.
Por contra, en ésta visita relámpago de 2023, disponíamos de muy pocos días. Regresábamos de un viaje por Eslovenia en dónde habíamos escalado la cara norte del Triglav, y habíamos descendido las aguas bravas del río Soca.
Era un apuesta arriesgada de dos días, en donde sólo tenía en mente una cosa: escalar la última gran clásica que me quedaba de las Tres Cimas de Lavadero.
Una apuesta a «doble o nada» en dónde finalmente ganó la tan inestable meteo, así que tuvimos que adaptarnos a las posibilidades del cambiante clima.
Habréis leído en multitud de ocasiones que el macizo del Cinque Torri es perfecto para los días inestables e inciertos, así como para los días de descanso activo. Pues así es, una zona muy agradable, cercana y en donde nos podemos complicar la vida hasta donde queramos, sin el estrés que aportan otras grandes paredes hermanas.
De todas las rutas que he escalado en la zona, creo que las grandes clásicas son dos, ambas en la Torre grande.
Fisura Diami
Se trata de una vía de corte clásico, vertical, con buena roca, una escalada asequible y poco comprometida gracias a sus numerosos y variados seguros fijos (pese a todo hay que llevar material de aseguramiento).
La ruta asciende a la cima sur de la Torre Grande, por la característica y marcada fisura-chimenea bien visible desde el suelo.
Finlandia
Preciosa ruta de escalada (prácticamente equipada) que por algún momento nos trasladará a los espectaculares largos verticales de las grandes paredes, una muy buena opción, del todo recomendable.
El descenso de ambas rutas se realizará buscando el sistema de rapel hacia el interior de la Torre, para más tarde con ayuda de una sirga de acero, retomar un trazado pisado hasta otro corto rapel, en la cara opuesta.
Si queréis más información de la zona (aunque algo anticuada):
Sobreescalada 