Bikeraft en el valle de Iruelas y embalse del Burguillo

Por: Curro González, sobreescalada.com

Desde luego que no era la mejor época para realizar esta actividad, el calor abrasador tan característico de los meses de Julio campaba a sus anchas, hasta en aquellos resquicios de sombra en donde intentaras cobijarte. Pese a todo, me lancé a realizar esta actividad envalentonado por las nuevas ilusiones que me ofrecía el haber podido arreglar mi Packraft, tras el primer intento fallido de la colocación de la cremallera estanca.

Este primer intento fallido había hecho mella en mi convicción de «manitas», en mi maltrecho orgullo y por supuesto, había inahabilitado completamente la pequeña embarcación hinchable. Y es que amigos, el aire es un elemento difícil de contener y el arreglo, debería quedar perfecto si buscamos este fin.

En el desembarco en la Garganta de Iruelas

Tras un largo tiempo me recompuse (pese a tener las apuestas totalmente en mi contra) y afronté este gran reto de nuevo, eso sí, con otra técnica más sencilla de colocación y con ayuda de la máma (la manitas entre los manitas y experta en telas y remiendos).

Con todo ello la historia se alargó más de la cuenta, hubo que hacer mil revisiones, pero por fin el barco navega !

Y os preguntaréis: Cuál es el fin de colocar un cremallera en un Packraft y qué te lleva a rajar literalmente un juguete de mil quinientos pavos con muy pocas opciones de éxito en su posterior arreglo… La primera pregunta tiene fácil respuesta; la cremallera te dá acceso a los tubos interiores del Packraft y estos, te sirven de almacenamiento extra y transporte de material, algo muy importante cuando te encuentras en largas expediciones; La segunda pregunta es más compleja de responder, y aún la estoy investigando…

Como no podía ser de otra manera comencé la jornada temprano con los dos materiales imprescindibles para el Bikeraft: El Packraft y la bicicleta, que en este caso era de montaña. La primera parte de la actividad era a través de las aguas del embalse del Burguillo, así que desmonté la bicicleta y la fijé a la proa del Packraft. Elegí la parte más alejada del embalse para comenzar, de tal manera que navegué casi 12 km hasta el punto de desembarco, el largo y bonito meandro que da acceso a la garganta de Iruelas.

Una vez aquí, cambié de medio y ascendí (primero por pista asfaltada y más tarde por pista de tierra) al Puerto de Casillas, fantástico mirador del Valle de Iruelas y punto neurálgico para combinar diferentes rutas por la zona.

No conocía a fondo el lugar, me llevé un gran chasco cuando pude comprobar que la gran mayoría de las pistas que transitan por las laderas de las montañas están prohibidas al paso, algo que limitaba bastante la capacidad de movimiento y que me hizo reestructurar la ruta de retorno al punto de origen.

En el Puerto de Casillas

Tras descender de nuevo por el mismo camino que me dió acceso al Puerto de Casillas, no me quedaba otra alternativa que regresar por la Rinconada y por el camino que transita paralelo a las orillas del embalse, algo que me expuso más de lo deseado al abrasador sol (a cambio me ofrecía la opción de refrescarme en las orillas del embalse con un baño).

La tórrida jornada se vió recompensada con una valiosa información, el Packraft está listo para nuestra próxima expedición !

Vistas de la Garganta de Iruelas y el embalse del Burguillo

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