Por: Curro González, sobreescalada.com
Desde que descubrí por primera vez Tarradets me enamoré del lugar, por entonces comenzaba mi andanza como escalador de «grandes paredes» y aquello me sedujo hasta la médula. No recuerdo bien si con 18 o 19 años escalé mi primera ruta aquí, todo un logro, no por la escalada en sí. Si no por no disponer de vehículo propio y tener que utilizar el transporte público para llegar a coincidir con el por entonces grupo de amigos Catalán.
Y todo ello en el transcurso de tiempo libre que daba los días festivos en los estudios, como habéis adivinado nunca conseguía cuadrar los «tiempos«… en fin.

De las tres paredes de Tarradets, la que más me gusta es Roca Regina y es en donde más he escalado (Su combinación de relativa soledad e itinerarios de gran longitud, se hacen irresistibles). Ni mucho menos como Angel Vedo que ha escalado todas y cada una de ellas, pero me siento orgulloso del buen puñado de ellas.
Lo que se ha convertido en un clásico es escalar rutas «laboriosas» en invierno, un bonito juego que llevo practicando desde hace mucho tiempo y que en la gran mayoría de las veces obliga a dormir en pared. De esta forma he escalado la Gwendal A2/6a+, la Festa del Paca A3/6a+ (en dos ocasiones, una de ellas saliendo por la Pere), Genesis A3/6a (abandonando antes de terminar la ruta), la New Age 6b+/A2, etc.


Es de esta última de la que vamos hablar.
Si algo he podido aprender durante las escaladas en época invernal en esta pared, es a mirar la inversión térmica. Ya me ha pasado en varias ocasiones, partir desde casa con una previsión meteorológica benévola y al llegar al Congosto, encontrarme sumergido en una espesa niebla.
Y la combinación de niebla húmeda, ligera brisa, temperaturas gélidas y larga estancia colgado en las reuniones, no es de las mejores. Ahora bien, si soportáis los primeros largos y sois capaces de salir de la niebla, tenéis garantizado un espectaculo de montañas y nubes inolvidable.
Quizá la New Age sea la ruta más sencilla de las que he escalado en estilo Big Wall en Roca Regina. Sin duda debido a su abundante equipamiento que le resta compromiso, pero por contra la hace perfecta para neófitos en el tema.
Sobre el material aconsejado he de comentaros que después de haberla escalado, es suficiente con llevar un juego de aliens, yo no usé ni clavos, ni uñas, ni plomos. Y forcé mucho en libre, creo que se podría forzar entera en libre.

El largo clave es el noveno, justo antes de unirse con la Galí-Molero. Es en donde encontramos los pasos de plomos, de haberlos. Este largo lo escalé de una curiosa manera, tras probar el primer plomo y romperse el cable, que consistía en la escalada en libre con una combinación de A0 en los plomos. Afortunadamente a pocos metros se encuentra instalado un seguro fijo que hace que tomes aire.
La ruta posee varios largos con buen ambiente y una roca aceptable en la parte inferior y muy buena en la superior. Encontramos un pequeño puente de roca y una flecha al inicio que nos guiarán en el comienzo.
Una buena alternativa si lo que queremos es probarnos en pared.
