Por: Curro González, sobreescalada.com
Continuamos con las escaladas clásica, muy clásicas, esta vez en nuestro cercano Pirineo.
Como es normal, cuando se trabaja de Guía de Alta montaña, no sólo se desarrolla dicha labor en lugares alejados y pintorescos. La gran mayoría de las ocasiones el trabajo se desarrolla en las cercanías del lugar en donde se habita, realizando escaladas y ascensiones clásicas.
En contadas ocasiones se hacen actividades técnicamente difíciles y que exigen al Guía, a parte de la gestión del riesgo implícito en el desarrollo de su trabajo en cualquier actividad, emplearse a fondo en el nivel de dificultad.
Una de estas actividades clásicas que he realizado alguna vez trabajando, es la ascensión al Midi d’Ossau. Por diferentes rutas, la travesía de las cuatro puntas, el Pilar Sur, la cara sureste, la normal y por supuesto la travesía clásica Petit – Grand Pic.
Es esta actividad última la que trataremos en el siguiente post.
Esta vez acompañaba a Jesús y al «Pelos«, el primero de ellos viejo conocido de diversas actividades y el segundo, amigo desde la infancia. Llegados a este punto, se desenmascara un conflicto que a mucho de nosotros se nos planteaba, los clientes/amigos.
Es de sobra sabido que las actividades realizadas en la montaña crean un fuerte vínculo o unión entre los partícipes de la misma. Del mismo modo y con la misma intensidad sucede cuando se realiza una actividad guiada, más aún cuando se realizan con más o menos frecuencia. En ocasiones se generan vínculos de amistad con algunas personas que pasan de ser clientes a amigos.
El conflicto se genera a la hora de cobrar porque es tu trabajo y necesitas dinero para vivir, pero también es tú amigo. Compleja situación.
Muchos guías hipócritas enmascaran la situación en un aura venerable bajo el eslogan «Te ayudamos a conseguir tus sueños» o «hacemos realidad tus sueños» pareciendo dioses celestiales con un don digno de ser adorados. Cómo no íbamos a pagar semejante compañía?
Para el resto de mortales la situación era comprometida y en ocasiones desagradable.
Para realizar la gran mayoría de las rutas del Midi d’Ossau se parte del refugio Pombie, al cual se accede cómodamente y sin pérdida desde el Portalet. Desde éste, para realizar la actividad propuesta, se llegará al collado de Peyreget para coger más tarde, una senda bien marcada en el flanco oeste de la arista de Pereyget y llegar a una brecha de esta pendiente herbosa.
Seguiremos los hitos, quedando a la derecha de la arista de Peyreget (muchos pasos de II) hasta la arista, para sortear un resalte por la izquierda (hierba-senda). Atravesaremos por la derecha para llegar al pie de una chimenea (35 m, III), saldremos de la chimenea para llegar a la arista izquierda y a la pendiente terminal del Petit Pic.
Continuaremos el recorrido en descenso hasta encontrar los rapeles que nos depositan en el collado de la Fourche. Desde éste, ascendemos por terreno sencillo pero caótico hasta la base de unas placas lisas características que superamos con tendencia a la izquierda para enlazar con un sistemas de chimeneas y resaltes (III y IV) hasta la arista que nos deposita en la cumbre del Grand Pic.
El descenso se realiza por la normal del Midi d’Ossau, estudiar previamente si no se conoce.
Una completísima actividad que deberemos acometer con cierta experiencia en montaña, más que por su dificultad, por la complejidad que en algunos tramos requiere seguir el itinerario. El paisaje en el cual se desarrolla la escalada es casi inigualable en el Pirineo.
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