India: Trekking de Nubra y Stock Kangri

Por: Curro González, sobreescalada.com Fotos: colecc.expedixión India 09.


Existen aromas, sensaciones y vivencias que son capaces de almacenarse en la memoria de tu interior, no en el hueco del raciocinio, sino en el hueco de lo emocional.

Memorias que pueden reaparecer en diferentes situaciones de tu vida, pero que inevitablemente te transportan a aquellos lugares en donde los sentiste por primera vez, y no se han de manifestar necesariamente en idílicos parajes. Como os he comentado, un olor, una sensación o un paisaje en cualquier situación o lugar, son capaces de avivar aquello que por entonces te marcó y que guardas en tu interior.

Abandonar Delhi en un destartalado autobús de madrugada, con la desconcertante tranquilidad de sus calles horas antes abarrotadas por la multitud, el despunte de las primeras horas de luz atenuado por las neblinas de la primera hora de la mañana y esa extraña aura que envuelve todo, en esos lugares únicos en donde regresaría una y otra vez (pese a ser totalmente diferentes a lo que es mi entorno), es y fue lo que almacené ese día en mi interior.

Por casi dos meses anduvimos por diferentes zonas de India, visitando y realizando actividad en alguno de los macizos montañosos y conviviendo en núcleos urbanos tan dispares como Delhi, Manali, Leh, Parvati, etc.

Un lento transcurso del tiempo, saboreando cada instante, cada paraje y cada vivencia que, aún quedando ya muy atrás y, pese a todo, está muy vivo en mi interior.

Manali

El misterio de los monos de esquí

La disparidad de paisajes en la India no deja de sorprenderme; está muy ligada al monzón e inevitablemente a la gran cordillera montañosa que lo retiene.

De esa forma, podemos pasar en unos cientos de kilómetros de unos frondosos y exuberantes bosques al más hostil desierto. Manali está ubicado en un verde entorno de grandes coníferas y abundantes manantiales que forman espectaculares saltos de agua en las vertiginosas laderas de las montañas, todo ello al amparo de agradables y húmedas temperaturas.

Es por ello (supongo) que nos impactara tanto ver que en multitud de puestos de la carretera y callejuelas se alquilaban monos de esquí. ¿Qué sucede? Para nosotros era un hecho sin lógica alguna, pero nuestra ignorancia nos limitaba e impedía proyectarnos hacia una visión diferente.

Tras poco más de una hora, la tortuosa carretera comenzaba a atravesar el Himalaya, superando una serie de puertos de montaña que poco a poco iban superando con creces los 4.000 metros de altura.

En estos puertos de alta montaña es donde muchos tenían su primera visión y toma de contacto con el frío manto blanco, un gélido y muy diferente paraje al dominante en la India.

Pronto entendimos el negocio.

Camino a Leh

La distorsión del espacio-tiempo

El viaje a Leh puede durar pocos minutos o días, depende de cómo te transportes hacia aquel lugar.

En esta ocasión, viajé en autobús, un trayecto de dos días de duración desde Manali.

Podría parecer una tortuosa opción en comparación con sobrevolar las montañas desde Delhi (y aterrizar en pocos minutos en el destino), pero recorrer el árido paisaje montañoso de la India y observar la belleza de sus picos dorados y valles profundos, cautiva el alma.

El aire seco y frío envolvía cada rincón, y el silencio majestuoso del trayecto, invitaba a la reflexión.

Viajar en autobús por aquel paisaje montañoso hacia Leh fue una experiencia inolvidable. El viaje, lleno de emociones y paisajes espectaculares, me llevó a la ciudad budista, un lugar de paz y espiritualidad.

La sensación de estar rodeado de tanta historia y serenidad me llenó de gratitud y asombro. Leh, con su aura mística, quedó grabada en mi memoria como un rincón que conecta el alma con la naturaleza y la cultura ancestral.

Leh

Leh, la antigua capital del reino de Ladakh, se encuentra en el corazón de los majestuosos Himalayas, rodeada de picos nevados y paisajes de ensueño.

Esta ciudad, con su encanto tradicional y su atmósfera espiritual, es un destino que cautiva a todos los visitantes. Sus calles estrechas y empedradas están llenas de color, con monasterios budistas, mercados vibrantes y templos antiguos que reflejan siglos de historia y cultura.

En lo alto de una colina, se encuentran las ruinas del palacio real de Ladakh, un vestigio imponente del pasado monárquico de la región. Estas ruinas, con sus muros de piedra y torres desgastadas por el tiempo, ofrecen una visión fascinante de la grandeza que alguna vez fue.

Desde allí, se puede disfrutar de vistas panorámicas de Leh y sus alrededores, donde los monasterios y las montañas imponentes parecen fundirse en un paisaje de paz y espiritualidad.

Leh no solo es un lugar de belleza natural, sino también un símbolo de resistencia y tradición, un rincón donde la historia y la cultura de Ladakh permanecen vivas en cada rincón.

El trekking de Nubra

Viaje a Marte

El Valle de Nubra, un rincón mágico y enigmático, es uno de los secretos mejor guardados de los Himalayas.

Durante mucho tiempo, su acceso estuvo prohibido, envuelto en misterio y protección, lo que solo aumentó su aura de exclusividad y belleza salvaje.

Situado en una zona remota de India, entre Pakistán y China, este valle es un espectáculo de contrastes: vastos paisajes desérticos que parecen extenderse hasta el infinito, salpicados de dunas que brillan bajo el sol, y altas montañas que parecen tocar el cielo, cubiertas de nieve eterna.

La sensación de estar en un lugar tan remoto y puro llena el corazón de asombro y gratitud.

Al recorrer sus caminos, uno puede sentir la serenidad que emana de su silencio, roto sólo por el susurro del viento.

La belleza del Nubra no solo radica en su espectacularidad visual, sino también en la sensación de estar en un rincón del mundo donde la naturaleza y la historia se funden en perfecta armonía.

Este valle, con su desierto y montañas imponentes, es un recordatorio de la majestuosidad y la fragilidad de nuestro planeta, un lugar que invita a la reflexión y a la admiración profunda.

Stock Kangri 6.153 m

Desde las alturas

Alcanzar la cima de una montaña es más que un logro físico; es una victoria interna, un momento de introspección y gratitud.

Desde allí, el mundo parece más pequeño y, a la vez, más grandioso. La montaña te enseña sobre la resistencia, la belleza y la fragilidad de la vida, dejando en el corazón una huella imborrable de paz y asombro.


Aún hubo tiempo de realizar algunas actividades más, muy diferentes y a la par muy similares.


La intensidad de cada instante vivido durante la estancia en aquellos parajes, me ha llenado enormemente, sin prisa, sin pausa, de una manera espontánea y casi sin ser consciente de ello.

Sin esperar nada a cambio y sin embargo, disfrutando de todos aquellos regalos que venían a mí.

Durante este viaje (en el regreso de Leh a Delhi), también tuve la suerte de conocer al Dalái Lama, impresionante recuerdo que guardo para mi.

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