Por: Curro González, sobreescalada.com
Si tuvierais identificado en el tiempo pasado de vuestras vidas, el punto de inflexión que marcó vuestro destino hasta el día de hoy, si fuera posible: ¿regresaríais a modificar aquel momento?
A sabiendas por supuesto, de que todo lo vivido hasta la fecha desde aquel instante, se desvanecerá.
Yo tengo identificado no uno, si no dos momentos en mi vida en donde si hubiera actuado de una forma diferente, no me encontraría en estos momentos en el lugar en donde os escribo ahora.
Desconozco cuál feliz o infeliz hubiera sido, si aún seguiría vivo o si hubiera saltado a la fama como estrella de Rock & roll, pero y si…
Solo las personas atormentadas, traumatizadas o insatisfechas se lanzarían a la piscina sin vacilar, los que tengan mucho que perder o los que la vida ha asentado en una inhóspita y cómoda planicie, dudaran.
Afortunadamente hoy en día ese hecho es imposible, imaginaros semejante desfachatez, nuestra vida sería un ensayo y error sin consecuencias ni aprendizaje, una aberración a nuestra evolución como personas.
Pero y si… es tentador, ¿verdad?
Hoy habíamos quedado una vez más Miguel y yo para escalar, nos envolvía una refrescante y extraña calima que nos protegía del abrasador sol, esto nos dió pie a plantearnos modificar la zona de escalada (¿acertaríamos con nuestra decisión?).
En vez de ascender a las tan conocidas Agujas de la Cabrera, nos desplazaríamos a los canchales de Las Cabreras; basta extensión de rocas, colindante hacia el Este al Pico de la Miel y separada de éste, por la ruidosa A-1.
En esta ocasión iríamos a la zona baja, lugar en donde en uno de los mil y un paseos y rutas que hago con H, pude observar algunas bonitas fisuras.


La zona no es para exquisitos, más bien es para escaladores inquietos, no hay sendas que conecten los bloques, y en la mayoría de las ocasiones hay que andar entre ellos por terreno incómodo (los dos incendios forestales que abrasaron las zona años atrás, han hecho que proliferen las zarzas).
Por contra tenemos soledad asegurada, variedad de rutas y terreno virgen.
Encontramos gran variedad de fisuras, de diferentes tamaños y longitudes; unas con más glamour y otras con menos, pero lo importante es que es un buen terreno para la escalada de autoprotección ( y espero que continúe siendo así: no Pitons, no Bolts).
Os dejo dos propuestas:
1- Qué bien te sienta el Lupus 7a+

Espectacular línea de escalada (con entrada dura), que transcurre por una fisura casi perfecta; existe una variante de salida hacia la derecha algo más sencilla.
Un juego de totems y otro de Camalots hasta el #3, duplicando este.
Reunión a montar en el bloque cimero.
2- Metaverso 6b

Preciosa línea (bien identificable desde el camino), con entrada desplomada, que transcurre por una fisura de manos perfecta.
Un juego de totems y otro de Camalots hasta el #3.
Reunión a montar en el bloque cimero.
*Pese a no encontrar signos de haber sido ascendidas anteriormente, recalcar que los nombres y los grados, son orientativos.