Por: Curro González, sobreescalada.com
Matilda es el nombre de una de las cuatro gallinas que conviven con nosotros, es de raza Plymouth rock barrada; un ave de gran belleza por su plumaje, su cresta y el color de su pico y patas, que la hacen ser un animal muy llamativo en el corral (a parte, es una gallina excelente para la puesta de huevos).
Su rechoncho y pesado cuerpo, y los aparentes torpes andares, no la hacen justicia cuando la comparamos con sus otras tres compañeras (mucho más esbeltas y estilizadas); pero sin embargo, es la única que consigue escaparse del gallinero cuando éste tiene la puerta cerrada.
Las cuatro gallinas viven en total libertad por el amplio terreno colindante a nuestra casa, pero al recogerse por la noche (y en otras contadas ocasiones), las dejamos algún tiempo dentro del recinto vallado que forma su hogar.
Cuando Matilda escapa de aquella cárcel (supongo yo que ese será su pensamiento), no hace grandes incursiones en solitario, ni siquiera hace amán de correr hacia la libertad; tan sólo se queda al otro lado de la valla, cerca de sus compañeras, pero en el lado libre.
Muchas veces he observado esta conducta y con el tiempo no me ha quedado otra que admitir que Matilda, es un espíritu libre.
Tras escalar en la cara Sur de la Sierra de Béjar, nos dispusimos Joaquín y yo a regresar a la zona, habíamos observado desde la lejanía varias líneas interesantes al fondo del valle (esta vez en el lado amable de la escalada en hielo, la cara norte).
Escalada en Hielo en la Sierra de Béjar, dos propuestas al sol.
Por: Joaquín Gracia y Curro González, sobreescalada.com Cada vez resulta más difícil la práctica de la escalada en hielo en la zona centro de la Península, las efímeras líneas visten de…
Leer másLa aproximación la realizaríamos desde la localidad de Solana de Ávila, por el conocido camino que da acceso a la Laguna del Duque o de Solana.
No cabe duda que la zona es una santuario de la escalada en roca, el bucólico paisaje y la soledad casi absoluta, hacen de este lugar una referencia en lo que se refiere al disfrute de los sentidos.
Pero no sólo podemos escalar en roca en la zona, cuando el invierno se encrudece, se pone en funcionamiento la maquinaría de este gran congelador natural. Adornando cada resalte rocoso con el tan preciado y efímero tesoro, el hielo.
Son muchas las actividades realizadas por escaladores de la zona (quizá lo que más llame la atención sea la larga sucesión de resaltes helados que son bien visibles a nuestra izquierda desde las inmediaciones del angosto del Arroyo Malillo, y las dos potentes cascadas de hielo ubicadas en un farallón rocoso un centenar de metros más abajo), pero no son los únicos.
Joaquín Gracia (junto a diferentes compañeros), han realizado escaladas muy interesantes en efímeras líneas de hielo que no siempre encontramos en buenas condiciones.
La cara norte del Risco de las Cocinillas está formada por una sucesión de compactos planchones de granito, que generan estéticos diedros y pequeños resaltes.
Aunque parezcan líneas de fácil formación, no es sencillo encontrar suficiente espesor para realizar su escalada, necesitando unas condiciones específicas de frío, poca precipitación en forma de nieve y lluvia engelante.
Este año parece que ha sido favorable; pese a todo, en aquellos planchones más o menos verticales, encontramos hielo frágil de unos pocos centímetros de espesor.
La escalada es muy variada y estética, pudiendo disfrutar de unos largos realmente bonitos, del todo recomendable.
*Al día siguiente de la escalada tras el chivatazo, Raúl Lora junto a unos alumnos, escalan la línea formada a la izquierda de la pared.
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