Por: Curro González, sobreescalada.com
El funcionamiento de una olla exprés es sencillo: Cuando cerramos la olla y la ponemos a calentar, se crea un sello hermético de aire y vapor que va acumulando presión, dicha presión se traduce en un aumento de la temperatura en el interior del recipiente.
La presión subirá progresivamente hasta llegar a un límite establecido, cuando esto ocurre la válvula levanta un tope permitiendo que el vapor escape; este proceso permite que durante el tiempo de cocción la presión se mantenga constante y por tanto la temperatura en el interior de la olla.
El problema acontece cuando la válvula de escape se mantiene cerrada y se sobrepasa el límite establecido, aquello explota…

Me levanté de noche con una idea en la cabeza: «Hoy me hincho a escalar«. Como encontrar personal para realizar las actividades cada vez resulta más complejo, me estoy acostumbrando a ir solo, y si os soy sincero, cada vez me gusta más.
Continuo con el entrenamiento Soviético al cual me somete Oli, el día de hoy no estaba programado, y estoy dispuesto a sorprenderla (ya verás como me echa la bronca).
La idea básicamente que tengo en mente es escalar rutas por la Sierra de la Cabrera que no haya realizado con anterioridad, pese a los años que llevo visitando la zona, aún me quedan numerosas rutas por conocer.
Como viene siendo habitual en las últimas salidas, comienzo desde casa corriendo con todo lo necesario a cuestas, me encanta sentirme libre y no tener que verme obligado a regresar a un punto fijo (salvo el del hogar). De esta forma, puedo dar rienda suelta a mi imaginación y apetencia, y, al ir solo, hacer lo que me plazca en cada instante.
Po se ha tenido que quedar en casa, voy a echar de menos su compañía (es el compañero leal perfecto que siempre está ahí), hoy tiene que ir al cole por la tarde y no sé hasta cuándo se va alargar el día de hoy en la actividad que tengo en mente.

El frío intenso de los valles se disipa un poco al ganar altura, como es habitual en tiempos de anticiclón, la inversión térmica es muy palpable. Pese a todo, las extremidades se me adormecen al comenzar la primera de las escaladas, la vía Piloto del Pico de la Miel.
No es que esta ruta no la haya escalado con anterioridad, ni mucho menos, pero me pareció un manera lógica de comenzar. La escalada es muy rápida, destrepo con sumo cuidado por la espalda del Pico (Ojo como resbalaban las placas graníticas), recupero el material que dejé en el camino para no escalar cargado de peso y me dirijo hacia la próxima Aguja del K2 o Cancho Blanco.

Como os he comentado antes, la idea era escalar rutas nuevas para mí, así que buscando ideas encontré una actividad que plasma Vladi en su blog (las reseñas son suyas) y que, además, me cuadró para continuar mi día de escalada.
La vía Normal de la Aguja del K2 es una angosta chimenea-fisura que deberéis gestionar bien para no pasar agobios, yo personalmente (con la lección bien aprendida después del Diedro del Risco de los Principiantes) escalé sin mochila.
Tras la escalada, rápidamente te aproximas a la base de la cercana Aguja del Puro, en donde escalé otra de esas rutas nuevas para mí.

Quedé gratamente sorprendido al escalar esta línea, me pareció muy buena y disfrutona, en un largo empalmé los dos propuestos en la reseña (gestionar bien los friends grandes si no quereís hacer a pelo gran parte de la fisura del segundo largo). El remate final de la vía original es muy aéreo, prestad atención porque la línea toma el filo izquierdo y no la placa por el centro, el parabolt con el maillón es de la ruta «Nos salen granos de verte 7a».
De nuevo en la parte superior de las Agujas, retomé el marcado camino para acercarme hacia la siguiente zona, al transitar por el espaldar hay que prestar atención para adivinar la correcta canal de descenso.
Una vez más, llegué rápidamente al Risco de la Pirámide, en donde hice el descubrimiento del día, la escalada de una fisura que me encantó.

En la cara Este de este Risco existen dos rutas muy a tener en cuenta, la Normal (3) y la Anónima (2), ambas comparten reunión (reequipada) en una repisa. La vía Anónima comienza por una espectacular doble fisura (llevar tallas grandes, hasta C5) para más tarde por terreno sencillo ir a buscar la reunión, os aconsejo que no la hagáis, que sigáis recto por la sucesión de fisuras hasta la repisa antes de la cumbre. Obtendréis así un espectacular y mantenido largo que no os dejará indiferentes (existen dos clavos de la primera ascensión).
Una vez más me encontré en el espaldar, y una vez más descendí por la canal correspondiente para bordear el Risco del Murciélago, en donde iba a escalar. Me llevé una grata sorpresa al ver la vía «Acceso directo a la Memoria 6c+» limpia, es una de las mejores líneas de la sierra, no la dejéis escapar.
Mi escalada en el Risco del Murciélago iba a ser más modesta, elegía la desconocida (al menos para mí) Xavi Casavilla.

Bonita y variada cabalgada por este risco, a destacar sin duda la superación de la aérea «Arista Chachi», con algún paso expuesto. Como anécdota, el paso de A1 se puede liberar con una dificultad bastante asequible, en torno a 6b.
En la cumbre del Risco del Murciélago me detuve a descansar, tomar el sol, comer y disfrutar del espectacular día del cual estaba gozando. Llegado el momento valoré lo que más me apetecía hacer, y del interior me surgió la idea de continuar corriendo hasta ascender el Mondalindo, ya que no me apetecía escalar más.
Con las mismas, continué corriendo por el PR del espaldar hasta el Collado del Celemín y de allí continué por el acusado ascenso a Peña Negra (la montaña de las antenas), en su cumbre me empecé a encontrar algo molesto con la espalda, así que corté el rollo y comencé el descenso (aún tenía que llegar a casa).

