Por: Curro González, sobreescalada.com
No os podéis imaginar lo mucho que echaba de menos y las ganas que tenía de realizar actividades por estas montañas, pero por motivos obvios derivados de la tremenda masificación que sufre esta zona (más aún en estos tiempos) me he tenido que armar de paciencia y esperar para poder por fin disfrutar de uno de esos días que tardas en olvidar.
Y os puedo asegurar que la espera aunque haya sido dura en algunas ocasiones ha merecido la pena con creces, ya que hemos realizado actividades en completa soledad y armonía con el medio, amén de disfrutar de las buenas condiciones en las que se encontraban corredores y paredes de roca.
Nos juntamos tres tipos de esos «motivados», Juan Luis Monge, Miguel Hernández y el que suscribe, para aprovechar al máximo un día espectacular de primavera, radiante sol, temperaturas frías en las mañanas y agradables al medio día, y … calma chicha.

Ideamos un plan que consistía en una tournée circular que aprovecharía al máximo cualquier medio en condiciones (nieve, hielo o roca) , de esta manera tendríamos que llevar a nuestras espaldas todo el material necesario para escalar y progresar con seguridad en la lista mental de actividades que teníamos planeadas.
Pared Negra de Claveles
No debemos confundir esta zona con su hermana mayor «la Pared Negra de Peñalara«, aunque he de deciros que no tiene nada que envidar a esta última, ya que alberga multitud de rutas de calidad.
Por simple lógica era nuestro primer objetivo del día, este farallón rocoso se encuentra ubicado en la cara Sudeste de Peñalara al comienzo justo del conocido corredor nevado que asciende justo hasta su cima, se accede fácilmente a él por el camino que nos lleva a la Laguna de los Pájaros.

López-Serrano
Quizá lo más llamativo del farallón rocoso de la Pared Negra de Claveles sea la tremenda placa lisa que domina gran parte del risco y el largo diedro que forma éste con el espolón rocoso del margen izquierdo. Justo por el centro de la placa se vislumbra una serie de fisuras verticales que rasgan la roca y que inteligentemente aprovecharon los aperturistas de la ruta que teníamos intención de escalar.
El primer de los largos asciende en travesía por el terreno más débil de la pared hasta encontrar una cómoda repisa en donde montamos reunión en un gran cuerno rocoso. Es el largo más difícil de la vía (6a), podemos encontrar un antiguo buril y dos clavos protegiendo el recorrido, nosotros nos vimos favorecidos por el espesor de nieve y comenzamos la escalada unos cuantos metros más arriba (teníamos el buril a nuestros pies).


El segundo largo ataca directamente la placa lisa en un escalada sencilla pero muy bonita, pudiendo hacer reunión (casquillos de spits) en la repisa que existe al terminar el diedro o un poco más arriba (Vº). Terminaremos la escalada por terreno sencillo hasta el final de las dificultades (IV+).
Claveles y cresta de Claveles
Al terminar la ruta anterior nos encontrábamos ya a cierta altura (algo que aprovechamos para enlazar con nuestra siguiente actividad), así que realizamos una larga media ladera, primero por diferentes rampas nevadas y más tarde por debajo de los farallones rocosos de Claveles.

Canal central de Claveles
Esta canal es una de las más clásicas de la zona de Peñalara, es cierto que quizás no sean tan ascendida como otras canales algo más sencillas, pero es una actividad muy repetida en los meses más fríos.
La dificultad y el recorrido de la canal en sí varía mucho (como es lógico) dependiendo del manto nivoso y del hielo, pudiéndonos encontrar el recorrido con una continuidad más o menos homogénea de hielo-nieve de unos 60º de inclinación (algún tramo corto con más) o una estrecha canal en donde afloran algunos bloques rocosos empotrados que le añadirán algo más de dificultad a la ruta. En un largo ajustado de 60 metros montaremos reunión en unos bloques rocosos justo antes de salir a la cresta.


Deberéis prestar atención al estado de la salida a la cresta de Claveles, ya que esta puede resultar expuesta o peligrosa con grandes acumulaciones de nieve.
Nos sorprendió gratamente encontrarnos la ruta en unas condiciones excelentes de nieve-hielo, en donde destacaría la superación de tres secciones de roca que daban a la actividad un toque muy alpino.
Diedro-Canal de Claveles
Después de descender por la cresta y la canal de descenso del Risco de los Pájaros nos acercamos de nuevo hasta la base de los farallones rocosos que descienden de la cresta de Claveles y en el margen derecho de ésta, encontraremos una profunda y marcada canal que asciende verticalmente.
La canal en sí es corta, unos 40 metros de escalada, pero no podéis dejar de escalarla, es quizá la propuesta menos conocida de la zona. En condiciones secas la canal está entrecortada por un gran bloque que deberemos superar (requiere de conocimientos y de técnica), como está tan encajonada normalmente encontraremos hielo, algo que facilita bastante la progresión y el aseguramiento.


En muchas fuentes la encontramos reseñada de una dificultad de 60º, no os fieis, más vale ir sobrados para no tener problemas. Al igual que en la actividad anterior deberéis prestar mucha atención a las acumulaciones de nieve que se puedan generar a la salida de la canal.
Risco de los Pájaros
De nuevo al terminar la ruta anterior, descendimos hasta la base de los farallones rocosos en donde se encontraba ubicada la siguiente ruta que queríamos escalar. Ésta quizá sea una de las únicas escaladas de roca repetidas de la zona de los Pájaros y no es de extrañar, es una ruta lógica y de calidad.

El Laberinto del Minotauro
El primer largo supera un pequeño techito para continuar por una corta pero espectacular fisura-bavaresa que nos deposita en una larga rampa rocosa que da acceso a unas canales paralelas, tras escalarlas, podremos montar una reunión cómoda en las diferentes repisas. Desde este punto tenemos multitud de opciones hasta llegar al final de las dificultades.


Nosotros una vez más, encontramos mucha nieve, lo cual nos facilitaba mucho el «encalomarnos» a la fisura, ya que el paso difícil de la vía (la superación del techito) se encontraba en nuestros pies. Por contra, tuvimos que realizar el resto de la ruta con crampones y piolet, esto aportaba un punto extra de diversión y variedad.
Tras terminar la ruta de escalada decidimos poner la «guinda al pastel» con el ascenso a Peñalara, algo que sorprendentemente llevaba mucho tiempo sin realizar.


Eres un maquina Tio, siempre encontrando joyas perdidas y grandes actividades fuera de lo convencional! Gracias por compartirlo, me ha encantado el relato!! Un abrazo!
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Gracias tron, intentamos divertirnos…
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Que ahi Curro…me a encantado esta entrada….siempre buscando nuevos caminos fuera de lo convencional. Me evoca gratos recuerdos. A esa zona de Peñalara le tengo especial cariño.
Un abrazo.
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Gracias Miguel, hicisteis muy buen trabajo por toda la Sierra de Guadarrama (aún lo hacéis), a ver si me animo y le doy un empujón a la zona.
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