Por: Curro González, sobreescalada.com
Desde que no voy de expedición a lugares remotos hay una parte de mi que está vacía, he intentado acallar esta gran ausencia en mi interior con pequeños viajes a lugares más cercanos y accesibles, pero durante este último tiempo (como todos sobradamente ya sabéis) me ha sido imposible realizarlos.
La situación se ha complicado aún más cuando ya tampoco somos libres ni para movernos por nuestro país, un hecho que ha terminado de minar mi paz interior. Así que he pasado de lugares remotos e inexplorados, a lugares bonitos y salvajes, para después terminar confinado en las fronteras que rodean mi hogar y por último, a aprovechar cada instante a pocos kilómetros a la redonda de mi casa.
Con todo esto, la libreta de «cosas que hacer» está engordando casi a la misma velocidad que el acuñamiento de facturas por compras de material deportivo de Aliexpress y espero que esta situación termine pronto, porque de no ser así, me voy a aficionar más a la compra compulsiva y al sedentarismo que produce este «encarcelamiento«, que a las tan añoradas sensaciones olvidadas de las expediciones.


Quedamos Miguel, Po y yo en mi casa para poder tachar al menos una de estas «cosas que hacer» de la tan obesa libreta; para esta ocasión nos vestimos de Tunos, un símil muy apropiado que Miguel recalca cuando empezamos a correr enfundados con nuestras mallas (Po lleva la vestimenta habitual en él). Estamos en el Puerto de la Morcuera, nuestra intención es acceder a la cara norte de las Torres de la Pedriza, utilizando el camino de aproximación que asciende a Bailanderos, inmediaciones de Asómate a los Hoyos, para descender hasta el punto pasando por Peña Lindera y el Alto de Matasanos.
Una espectacular ruta que si aún no la habéis realizado os animo a ello, no podéis perderos la inmensidad que ofrece este solitario lugar.

Más o menos llegamos rápidos a lo que creemos ser la cuarta Torre, en 1h 50′ llegamos caminando/corriendo hasta la cumbre de la misma. Pronto nos percatamos de que nuestro primer pensamiento era equívoco, éste estaba infundado por (creemos) una errata de la «Guía de escaladas: La Pedriza Posterior. Ed. Desnivel» en la que identifica la tercera Torre como la cuarta.
Las Torres de la Pedriza

Con esta fotografía creo que quedará claro la ubicación de las mismas, es la cara norte (según venimos del camino de aproximación de la actividad). Como referencia característica tomaremos la curiosa formación granítica adosada a la tercera Torre denominada el Dedo de Dios.
Se destrepa con facilidad por la canal que existe entre la cuarta Torre y la tercera, este acceso te permite situarse a pie de vía de las rutas existentes en la cara sur de la tercera Torre (llamada erróneamente cuarta en la guía de escalada).
Cuarta Torre
Se asciende sin mucha dificultad por la cara sur, tomando de referencia unos canalizos que comienzan en las cercanías de la denominada Aguja de la cuarta Torre, un bonito gendarme rocoso adosado a la torre principal.

Tercera Torre
Esta es la primera de las torres a la cual vamos a acceder escalando, como bien se refleja en la «Guía de escaladas: La Pedriza Posterior. Ed. Desnivel» encontramos una gran variedad de rutas que dan acceso a su cumbre.
De todas ellas nosotros escalamos la Alfredo-Sergio 60 m 6a, una interesante escalada donde encontramos el sinuoso primer largo semiequipado con clavos (algo expuesto) y un segundo largo bonito pero algo sucio.
El descenso lo efectuamos destrepando hacia la cara norte (algún hito) para más tarde destrepar de nuevo por la canal de aproximación.


Segunda Torre
Se accede a ella fácilmente bordeando la formaciones rocosas de la cara sur, evidente.
En esta torre quizás existan las rutas de escalada con mayor longitud, de las tres rutas reseñada nosotros elegimos la clásica Espolón con vistas 110 m 6b. Una divertida escalada con variedad de pasos que va buscando el terreno lógico hasta la cumbre de la segunda Torre.


El descenso de esta torre se realiza con precaución por su cara norte, buscando el mejor terreno. Para continuar hacia la cara sur de la primera Torre tenemos dos opciones, bordeando las formaciones rocosas y trepando hasta pie de vía o descendiendo directamente por la canal de la nieve (empinada canal que separa la primera de la segunda torre) con precaución.
Primera Torre
Nosotros elegimos la clásica vía Midori 65 m V+, el comienzo de esta se encuentra a media altura de la Torre, teniendo que realizar alguna trepada para llegar hasta pie de vía. Una tarea algo compleja de realizar con Po, un amigo cánido de casi 30 kilos.
Tras no pocas dificultades comenzamos la escalada de este característico diedro, uno de los mejores largos escalados el día de hoy.


Tras las complejas logísticas de recogida de material y «rescate de Po» comenzamos el camino de regreso en sentido inverso al de por la mañana. En poco más de 7 horas de actividad (coche-coche) damos por concluída esta maravillosa jornada, que nos ha permitido disfrutar de la escalada de las cuatro torres de la Pedriza y un maravilloso y agradable entorno.