Hoy llueve y como la gran mayoría de los días en los que se precipita del cielo la tan preciada agua, utilizo el día para hacer labores que no haría si la meteorología fuera de bonanza.
Como ya sabéis hace poco cayó en mis manos, después de un largo tiempo de búsqueda e información, una bicicleta de CX. Concretamente una MMR attack, algo que de momento me satisface y cubre mis expectativas.

Este nuevo objeto va a ser el motivador para realizar muchas de las actividades que tengo en mente, pero antes debería adaptarla a las características de las mismas y por supuesto, a mis capacidades físicas.
Para ello, realicé unas salidas que me ayudarían a hacerme una idea de cómo estaba la «máquina», cómo estaba yo y cómo nos llevábamos entre nosotros.
Miraflores de la Sierra – Pto. de Morcuera – La Najarra
Guadalix de la Sierra – Alto del Mojón – Cerro de San Pedro
Y otros que no tuve tiempo de compartir.

Pronto me percaté de que tenía que hacer cambios en mi nueva adquisición, algunos de ellos necesarios, ya que la bicicleta era de seguandamano y había que hacerla un mantenimiento. Y otros de funcionalidad, para facilitarme la progresión.
Así que decidí darle un aire nuevo a la CX e intentar adaptarla a la modalidad Gravel, que tanto se lleva ahora.
El «lote» que adquirí de segundamano constaba de:
– Bicicleta de carbono MMR attack, montado en Shimano Ultegra 44/34 y 12/30 10v. Con ruedas de carretera 700×25.
– Otro juego de ruedas con cassette de piñones Shimano 12/25 10v y cubiertas mixtas 700×35.

El precio, a mi parecer, me resultó atractivo. Así que me decidí a comprarla, pese a no poder verla «in situ».
Como os he comentado las «mejoras» o modificaciones que hemos llevado a cabo, Miguel (el maestro) y yo, han sido con objeto de adaptar un poco más la Bicicleta a las actividades que quiero realizar.

Así que adquirí el material necesario para hacer dichas modificaciones, sobre todo en la transmisión. Como quería cambiar el cassette de piñones de uno de los juegos de ruedas aproveché para cambiar todo lo relacionado.
Cambiamos los platos, mantuve el 34 pero subí a un 48 porque el anterior en ocasiones se me quedaba corto. De la misma manera amplié el cassette de piñones a un Shimano Tiagra 11/34 10v, este cambio más tarde requirió unas pequeñas modificaciones que os comentaré, ya que el antiguo 12/25 me resultaba difícil moverlo durante un tiempo prolongado y rampas largas y empinadas.

Evidentemente también sustituí la cadena, una Shimano ultegra 116 y las roldanas de cambio trasero Shimano tiagra.

Igualmente aproveché para poner a punto zapatas de freno, cubiertas nuevas 700×33, pintar bielas, etc.


Para que finalmente todo «cuadrara», tuvimos que añadir arandelas a los tornillos de unión de los platos y otro más, a la caja del pedalier.
Por un pequeño desembolso más, pude tener la bicicleta que deseaba.

Tras unas horas de trabajo ya estaba lista, ahora vamos a ver si somos capaces de realizar todas las actividades que me rondan por la cabeza.
Ya os contaré.