Cualquier alpinista que se precie de la zona centro ha soñado alguna vez con escalar en invierno la llamativa masa rocosa, que domina la Pedriza, llamada Yelmo.
Es un objetivo muy ambicioso, no sólo por lo expuesto que puede llegar a ser su escalada, si no más bien, por lo efímero de las condiciones. Hay que estar atentos, muy atentos, conocer muy bien el Guadarrama y ser un «depredador» listo para la acción.
En el invierno del 2015, aprovechando las buenas condiciones que presentaba la pared, varias cordadas realizaron la escalada de las vías Mayral y Hermosilla en piolet tracción. Con apenas unas horas de diferencia Pedro Arias y Aitor Bárez escalan la que llaman «Preoperatorio»y César Llanova y David Suela ascienden por Hermosilla-Ice. Aprovechando la texitura más tarde repiten la escalada J.I.Gordito, C. Kramer, etc.

Todavía recuerdo la llamada de Toti: «Niño he visto unas luces en el Yelmo, eras tú?» No os voy a engañar, me dolió en el alma que se me escapará esta oportunidad. Pero justo en este tiempo, en mi cabeza, empezaban a surgir cambios importantes y no estaba centrado en nada más que no fuera sobrevivir.
Un año antes, en el 2014, Josito y yo habíamos escalado en la Cara Norte. Llevaba tiempo observando la pared y me estaba poniendo nervioso.

En la Cara norte del Yelmo, que yo sepa, se había escalado con anterioridad. La primera vez, o de las primeras y hablando siempre del concepto piolet tracción, había sido la repetición de la vía «Núñez» por Goli Serrano y J.L. Monge denominándola «Yel-Nevis». Una sucesión de resaltes y canales que «frecuentemente» está en condiciones tras un periodo invernal «de los de antes«.
Nosotros repetimos el Diedro norte, escalada de tres largos más técnicos y expuestos que lo anteriormente citado. El primer largo es técnico, no se protege mal del todo, pero tiene unos primeros metros bastante difíciles con pies en placa con 1 centímetro de nieve. Más tarde, aprovechando unas canales verticales con algo de nieve-hielo hago una pequeña variante que me ayuda a llegar a la base del diedro, en donde monto reunión.


El diedro es vertical, es difícil y está «pelado«. En libre será 6a+ o así, si eres habilidoso y empotras bien los piolets se puede llegar a la salida de este y «pinchar» algo de hielo. Me sorprendió mucho que la salida la pudiera hacer en piolet tracción y disfrutando. En seguida se termina lo bueno y te ves en una placa lisa de adherencia con un seguro a «tomar por el riau» y con los «pinchos«. Templar nervios y aprovechar las pequeñas grietas para llegar hasta la siguiente reunión.



El último largo es bastante más sencillo, un pasito tonto y ya estamos en la cumbre.
Bonitos recuerdos, ahora me queda hacer la cara sur. Supongo que tendré que estar al acecho.
