Escalada en el Peñón de Ifach, la Nariz en solitario

Por: Curro González, sobreescalada.com


Fuego

Pasión, energía, fuerza, claridad, voluntad, iniciativa e impaciencia


Soy un puto desastre, necesito un maestro que me enseñe a gestionar mi tiempo de la manera más provechosa.

La gran mayoría de las veces funciono por impulsos, así que es muy normal que me vaya a escalar en roca al sol cuando hay unas condiciones excepcionales de nieve o hielo, o que elija ir a hacer alpinismo o esquí, cuando está todo en contra.

De la misma forma, es más que habitual que mis días de libranza coincidan con profundas borrascas y el sol brille cuando tengo que trabajar.

Así que me encuentro en una encrucijada moral, en lo que debería hacer y lo que me apetece hacer (a sabiendas de que no es lo más recomendado).

Afortunadamente uno va teniendo una edad en la que poco le importa lo que haga el resto, así que continuaré viviendo la vida a pequeños impulsos.

El petate cuelga en el vacío en el tercer largo del Pináculo de la Nariz. Foto: C. González.

La actividad que he realizado estos días ni mucho menos ha sido de una manera impulsiva, llevo más de tres años dándole vueltas en mi cabeza, hasta que por fin se ha materializado.

Cuando llegaba el invierno, se convertía en un pensamiento recurrente, de esos que durante meses te generan malestar e incluso incomodidad, al saber que era el momento y que el tiempo corría.

En muchas ocasiones la actividad se posponía por mala meteorología, en otras por un viento excesivo (para dormir en la hamaca no motiva mucho), en otras por lo anteriormente citado (cómo voy a ir a Calpe con el paquetón que hay en Pirineos), también muchas otras veces la pereza me invadía y pasaba literalmente, o simplemente tenía ocupaciones y deberes que hacer.


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La Nariz 330 m 6b+/A2

L1: 50m (6a+/Ae) Se inicia por una repisa con cascarilla remontado una fisura ciega (6a+) hasta llegar a un diedro blanco característico que se supera en Ae. El diedro muere en un muro desplomado del que se sale por la derecha a una pequeña cavidad con un penitente que ayuda a salir del artificial. Se supera la zona de cuevas en diagonal hasta salir de la zona desplomada (V+). Escalar unos metros en vertical hacia a la izquierda hasta llegar a la reunión (2 parabolts inox con anilla).

L2: 50m (V+) Salir de la reunión por la derecha hasta alcanzar una zona fisurada que nos pone bajo un desplome que flanquearemos por la derecha. Subir en vertical por una zona con buenos agarres y roca firme hasta un puente de roca. Con tendencia a la derecha seguir por terreno lógico (2 parabolts) (V+) hasta llegar a una reunión cómoda.

L3: 40m (V+) Se sale por un muro vertical (V+) en tendencia a la derecha. Una vez superado éste se sigue en vertical hasta una oquedad con una mata grande. La reunión queda dentro de la oquedad en el lado derecho.

L4: 30m (6b) Se supera un pequeño desplome con buen canto (6b), ahora protegido con un parabolt a desmano. Permite auto protección fácil y segura (un cam del 1). Este paso recibía el nombre ?paso de la petita bustia? dado por los primeros ascensionistas de la Herbes. Superado el paso la pared pierde dificultad y verticalidad (IV+) se escala con tendencia la derecha hasta buscar una buena repisa en cuyo lado derecho está la reunión (Común a Herbes y Nueva Dimensión)

L5: 35m (6b/A2) Flanquear la repisa hasta su lado izquierdo y superar un diedro de roca ocre ligeramente desplomado (6b). Seguir hacia la izquierda hasta un buen puente de roca, metros arriba empieza ya el artificial y la zona más desplomada. El artificial consiste en la colocación de piezas sueltas entre expansivos inox de 8 mm. No más de dos pasos seguidos a equipar, aunque lo habitual es solo haya uno. En la zona superior de largo predominan los clavos viejos abandonados pero en aceptable estado. Se llega a una reunión colgado con dos anillas y un bolt oxidado de acero. Viene bien llevar guíndola.

L6: 40m (A2) Se sale hacia la izquierda para desde un clavo viejo y en un paso muy largo alcanzar un primer expansivo de una sucesión de más de 12 ó 15 que nos permiten alcanzar un bloque empotrado (A1) y fisurado por su izquierda. A partir de aquí hay que colocar varias piezas (A2), fundamentalmente micros, y colgarse de algún que otro clavo ya en mal estado. Al menos un par se mueve por lo que los movimientos deben ser calmados. De un último clavo se sale en un corto paso en libre hacia la derecha para alcanzar la reunión, colgada pero con una pequeña repisa para los pies.

L7: 30m (6a/A2) Se ataca un muro desplomado y fisurado por la izquierda en donde será necesario colocar varias piezas (A2) hasta superar un pequeño desplome que se abre a un diedro abierto que se escala en libre (6a) sobre roca de calidad. El diedro se ciega en un muro vertical que será necesario superar en artificial (A1) hasta llegar a un gran puente de roca. De ahí con tendencia a la izquierda se llega a la reunión (6a). Repisa cómoda junto a una cueva.

L8: 60m (6b+) Se ataca un diedro ciego con un bolt y dos clavos al inicio por su izquierda, subiendo por una zona desplomada abovedada. Tras mosquetonear el segundo clavo, paso delicado, se sigue por el desplome hasta su final y entonces se flanquea a la derecha para entrar al diedro (conjunto de 6b+). La salida es necesario auto protegerla. Tras varios metros se llega a una reunión junto a una chumbera. Aprovechamos la misma para asegurarnos y salimos en vertical a la izquierda por un muro gris vertical pero de agarres francos (V ? V+) hasta salir a una zona de roca blanca y menos vertical. Flanquear hacia el filo del espolón (un parabolt). Se sube en vertical y se supera el resalte final de derecha a izquierda (un clavo y un bolt). Vº. Ojo con la roca pues hay tramos descompuestos. Una vez superado el último muro se llega sin dificultad a la cumple y a la última reunión con dos anillas.

Material necesario: Unas 16 cintas, mosquetones para reuniones, estribos, juego de camalots hasta el 3 o similar, juego de empotradores y juego de micros (Aliens o similar desde el azul hasta el rojo).

Aperturistas: Antonio Gómez Bohorquez y Mariano Lozano en 1982.


Pero llegó el día en el que todo salió de la manera más natural, había buenas condiciones, en el resto de la Península reinaba la lluvia y las nieblas, y a mí me apetecía.

Así que preparé las cosas y me marché para allá al terminar la guardia.

Llegué bastante tarde a la base del Peñón (me encantó regresar a éste lugar antes tan visitado por mi, y al que llevaba tanto sin venir), organicé el material, comí, y me adentre hacia las entrañas de la pared.

Pronto me asaltó por el paseo marítimo Lorenzo, que generosamente me ayudó a transportar algo de material a cambio de un aluvión de preguntas y charlas variopintas.

Lorenzo, se ha convertido en la Elizabeth Hawley del Peñón de Ifach (salvando las distancias, claro), no se le escapa una.

Asalta a los escaladores cordada por cordada (y vigila la pared atentamente), también fue el artífice (bajo mi desgracia) de llevar a cabo una campaña de divulgación de mi «gran hazaña«, informando a transeúntes y escaladores de mi ubicación en cada momento.

Un hecho que desgraciadamente hizo, que a mi regreso, todo el mundo me conociera y preguntara…. (justo que yo, lo que buscaba, era soledad).

Pero he de deciros, que el hombre allí estaba, era el último en abandonar el paseo marítimo y el primero en estar al amanecer. Siempre atento y de tanto en tanto, saludándome con un característico «PAU».

Reseña de la Nariz. Fuente: Matxin Klimb, Roy

Anochece el segundo día. Foto: C. González

La Nariz recorre el gran desplome situado a la derecha de la pared suroeste, justo debajo del pináculo sur (para llegar al inicio de vía, se suele combinar el primer largo de Revelación con los tres siguientes de la Herbes Mágiques).

El desplome se surca en tres largos de artificial, los dos primeros largos muy desplomados y aéreos; y el tercero, desplomado y con carácter al principio, para más tarde tornarse más amable. La salida a cumbre admite diversas opciones.

Como viene siendo más que habitual, recopilé gran información de la ruta de escalada en el foro de Matxin Klimb, en donde varios escaladores plasman sus experiencias y nos facilitan información de la ruta.

Sin duda hay que agradecer y felicitar a la gran labor de reequipación llevada a cabo por Roy de Valera y Miguel Cebrián en 2009, si no hoy en día, no subiría ni dios por aquellos lares (evidentemente desde que se restauró, la vía se suele hacer de tanto en tanto).

Yo fui en estilo muy pesado, a parte de la actividad, me apetecía probar y ver otras cosas para ponerlas en práctica en otros lugares más «serios» y menos benévolos a lo que la meteorología se refiere.

Así que llevé un petatón y la hamaca, sin éstos accesorios y con horas de luz, se podría hacer en el día (un día muy largo). Evidentemente estamos hablando de realizarla en solitario, todos sabemos que en cordada se hace normalmente.

La hamaca ni mucho menos es necesaria (existen varias cuevas muy amplias y cómodas para dormir), pero yo siempre me había imaginado ésta actividad durmiendo en lo más vertical, con el vacío acongojante. Además, nunca había montado la hamaca yo sólo en faena, ni había dormido en una hamaca doble sólo (más que reconfortante, por cierto) y me apetecía probar.

El primer día fijé los dos primeros largos, para más tarde y al día siguiente, meterme en la pared y terminar al segundo día. Dormí con la hamaca en la reunión del segundo largo de la Nariz, experiencia única.

Sobre la ruta comentaros algunos datos de los que no disponía, pero que creo son bastante importantes:

  • La ruta se encuentra bastante equipada, a parte de los anclajes fijos inoxidable de 8 mm, encontramos multitud de clavos y puentes de roca (algunos ya, bastante deteriorados). Sobre el estado de los clavos, comentaros que bajo mi punto de vista, están bastante bien (hombre, están oxidados y corroídos, y alguno se mueve, pero parecen sólidos). No sé si retiraron los antiguos clavos y se remplazaron por otros hace tiempo, pero los comentarios sobre los clavos precarios…, ahora mismo no se corresponden con el estado de la ruta.
  • Existe un paso cabrón (que casi me hace morder el polvo, un antiguo maillón es testigo de que no miento) justo antes de llegar a la primera reunión. Un agujero ensanchado, que o bien se falca o bien se mete un friend con las levas abiertas (una uña de talón también podría ayudar). Como yo no tenía la talla adecuada, tuve que subirme en los últimos peldaños de los estribos y estirarme hasta conseguir emplazar un totem negro con las levas abiertas en un miniagujero escondido, tras cuatro rosarios, llegué a la reunión.
Amanece en el Peñón de Ifach. Foto: C. González

Bonito viaje y experiencia en las entrañas de ésta tan magnífica pared rocosa, todo un placer y satisfacción el saber que tras tanto tiempo en mi cabeza, por fin lo he conseguido llevar a cabo.

Pasamos de pantalla, ya tengo en mente varias actividades, espero que no se dilaten tanto en el tiempo, que uno va a teniendo ya una edad y se pasa el arroz.

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ACTIVIDAD REALIZADA CON EL MATERIAL (pincha para ver video test)

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