Por: Curro González, sobreescalada.com
Quizá, no sea yo la persona más indicada para andar recomendando vías de escalada en aquellos lugares en donde he estado en algunas ocasiones, pero me voy a permitir el lujo de haceros dos propuestas, que al escalarlas, me han gustado.
Habiendo escalado en tiempo pasados algunas crestas variadas por la zona; las clásicas GENE, Delicatessen, el Don de volar, la sombra del Sol, etc… he quedado gratamente sorprendido (hace relativamente poco) al repetir algunos trazados «nuevos» que no había escalado. Como os he comentado anteriormente, esto no me da el suficiente criterio como para conocer la zona en profundidad, pero me han gustado y os las presento, por si queréis repetirlas.

Patricia Rítmica
Normalmente esta ruta de escalada se combina con la entrada del Libro de Eibon, de esta manera se evita el espectacular desplome del primer largo (V+/A2 o 7a?). Si optamos por esta opción, la ruta sigue una elegante fisura bavaresa semiequipada en donde encontramos diferentes opciones para realizar la reunión, la dificultad del largo varía del V+ al 6a+ según alarguemos nuestra escalada hacia la gran repisa característica de la pared. El siguiente largo continúa por el evidente diedro hasta la citada repisa (V/+).
Tras atravesar la frondosa repisa, buscaremos la vertical de otra característica bavaresa, antes de acceder a ella, encontraremos el paso más difícil del largo (6a+). Este largo es muy disfrutón, y ofrece muchas opciones de aseguramiento.

La vía continúa por terreno evidente en busca del «Ojal», primero por un diedro-canal hasta una repisa y más tarde, en una travesía casi horizontal (podemos optar por la travesía equipada de El Espolón Cipol 6b).
Desde aquí tenemos la opción de descender en dos rapeles (el primero hasta la repisa y el segundo desde el Pino característico al suelo) o continuar por un largo sencillo, pero algo roto, hasta la cumbre.
Una ruta variada, que quizá no tenga largos mantenidos y destacables por su dificultad (como otras vecinas), pero por contra, nos ofrece una escalada de autoprotección con pasajes muy bonitos.


La nena está llorando
Al igual que la anterior, vamos a combinar esta ruta con otra vecina (la salida de la clásica Espolón Payju), de esta manera obtenemos una bonita línea semiequipada, algo más mantenida que la ruta clásica (escalando el maravilloso último largo de travesía), pero dejando a un lado, las dificultades de los últimos largos de la nena está llorando.
La ruta elegida discurre por las Torres del Payju, comenzando la escalada detrás de un peñasco situado en la base del espolón, realizando una escalada con tendencia a izquierda para buscar un característico «bombo» anaranjado (V+).

El segundo (6b) y tercer largo (6a) son muy buenos, realizando una escalada de autoprotección en fisura y desplome que nos depositan en la «campa».
Tras una escalada técnica de placa (6b), accedemos a la siguiente reunión, común con el Espolón Payju. Continuaremos por esta, realizando una travesía aérea (6b) hasta finalizar las dificultades.
El descenso se realiza andando, evidente.


Seguramente me deje otras igualmente buenas y merecedoras de ser nombradas, no pretendo sentar cátedra, tan solo he disfrutado escalándolas y me ha parecido interesante detallarlas.