Por: Curro González, sobreescalada.com
Con el tiempo he aprendido a apreciar a aquellas personas que te regalan su tiempo y compañía gratuitamente, de una manera desinteresada y natural, casi espontáneamente.
Y es que, cada vez es más difícil encontrar en el momento actual de la sociedad (en donde la atención de conocidos y desconocidos es moneda de cambio), aquellos que derrochan energía en las personas que quieren y no, en hacerse querer.
Muchos de vosotros pensaréis, que el motivante principal de éstas actividades que a continuación os voy a relatar, se alejan de los estándares más arraigados y profundos del montañismo (conexión con la naturaleza saboreada en lentos e íntimos instantes), y que vienen motivados por la frenética vivencia de la sociedad extrapolada a la montaña.
Nada más lejos de la realidad, mi conexión con la montaña es tan longeva, como arraigada está en mí, la sensación de caminar para más tarde correr. Para mí resulta imposible separar conceptos, porque desde siempre han estado aunados en mí, en la manera de percibir la libertad.
Así que de ésta forma, corro, escalo, esquío, camino y vuelo en la montaña, con la misma intensidad y disfrute, por lo tanto no es de extrañar que en ocasiones entremezcle todos ellos, en una misma jornada.
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Ahora que parece que esto de correr y escalar se está poniendo de moda (sin duda, gracias a las redes sociales y el aparente Boom que desatan éste tipo de actividades), os dejo una actividad que realizamos hace un tiempo.
Hacía mucho que no quedaba con mi amiga Celia Cuevas (una de esas personas que derrochan energía en las personas que quieren y no, en hacerse querer), así que cuando por fin pudimos cuadrar días, me hizo mucha ilusión.
Los dos llevamos toda la vida corriendo y disfrutando del monte, así que no fue raro plantear una actividad de correr y escalar.
Correr por el Circo de Gredos se lleva haciendo desde hace mucho tiempo, y es más que habitual encontrar personas que realizan entrenamientos, ascendiendo a las cumbres más emblemáticas de la zona.
Partimos de la Plataforma de Gredos bien temprano, de esta forma intentaríamos evitar el más que probable, abrasador retorno. El sol despuntaba a nuestra llegada a Barrerones, y pudimos disfrutar de las frescas temperaturas hasta nuestra llegada al Refugio Elola (1h 05′).
Tenía la ilusión de reencontrarme con Víctor y Óscar en el interior del refugio, pero finalmente el reencuentro fue sólamente con uno de ellos, el más longevo (como buen sabio) andaba disfrutando de la vida en otro lares.
Tras un breve descanso, partimos de nuevo en nuestro camino, la idea que teníamos era sencilla. Queríamos ascender a las cumbres que bajo nuestro punto de vista, son las más significativas: el Almanzor, la Galana y el Ameal de Pablo.
Almanzor 2.591 m
El camino hasta la base del inicio de la escalada fue andando, quienes hayáis estado con estos lugares, sabréis sobradamente que por aquí es bien difícil correr. El terreno caótico y la inclinación del mismo, dificultan el avance (incluso andando).
Queríamos ascender a la cumbre por una ruta de escalada, en vez de utilizar la ruta normal de ascenso (por la denominada Portilla del Crampón). De esta forma realizamos una actividad que se asemeja más al corretrepa que a sólo correr.
4.- “ESPOLÓN SUR”. Cara Sur. AD. Inf. IV-. 175m.
Apertura desconocida.
Material: Friends medianos.
Escalada que transcurre por terreno poco definido y que busca la manera más sencilla de ascender a la cumbre por esta vertiente. Las mayores dificultades de la vía se encuentran en la zona inicial de la ruta. Comenzar a la izquierda de un gran triángulo rocoso, ascendiendo un sistema de gradas (III) y a continuación escalar un llamativo diedro situado a la izquierda (IV-) y que en su parte alta tiene un clavo no visible desde abajo. A partir de aquí habrá que tener cierto instinto para encontrar un camino ascendente a través del espolón que no supere la dificultad reseñada.
La vía tiene una variante de entrada realizada por Ernesto Fernández y Lucas Rodríguez el 8 de diciembre de 2012.
En poco menos de 2h 30′ desde la Plataforma de Gredos, nos encontrábamos en la cumbre del Almanzor, sin prisa pero sin pausa.
Decidimos recorrer todo el Cuchillar de Ballesteros por su filo (en vez de tomar la senda que transita en ambas vertientes) y disfrutar de sus aéreas vistas, hasta llegar al Venteadero.
La Galana 2.564 m
Para ascender a la Galana, deberíamos descender y realizar una larga media ladera para ir a buscar la cara Este de la montaña, queríamos escalar cualquiera de las líneas que surcan el vistoso farallón rocoso de la Galana.
El terreno es bastante caótico y resulta complicado diferenciar una línea clara de ascenso, por contra, las posibilidades de escalada por terreno sencillo son múltiples (incluso saliéndose del itinerario).
Nosotros escalamos lo que se podría considerar una «combinación de itinerarios», tomando de referencia el Espolón Este.
Espolón Oeste del Ameal de Pablo 2.509 m
Era demasiado tentador durante el descenso, pasar por la base del Ameal y no subir a su cumbre; además, como bien me hizo comprender Celia durante el recorrido, era la cumbre que marcaba la diferencia en la actividad, puesto que a ella sólamente se podía llegar escalando (mientras que a las demás, se podía ascender andando).
Tras una breve escalada y un destrepe delicado por la normal de la cara Norte, retomamos de nuevo el camino de descenso.
Parada en el refugio Elola para despedirnos, Coca-cola cortesía de la casa, y para Barrerones. Mucha suerte tuvimos en el ascenso, de que el sofocante sol, se viera apaciguado por algunas nubes y una fresca brisa.
El descenso, como viene siendo habitual con Celia, fue a tumba abierta… menos mal que uno es perro viejo, y le pude recortar toda la distancia que me separaba de ella, en uno de los atajos.
Datos de la actividad
23 km, + 1.700 m, 7h
Para más datos mirar el Strava de Celia Cuevas, que yo no tengo de eso….
ACTIVIDAD REALIZADA CON EL MATERIAL (pincha para ver video test)
Sobreescalada 