Por: Curro González, sobreescalada.com
Pocos lugares de la serranía que limita por el norte a la Comunidad de Madrid, son tan solitarios y salvajes, no me cansaré de decirlo.
Me abruma un poco ver como a diario los mismos lugares de siempre se masifican, hasta el punto de parecer aquello literalmente, una romería. Parkings repletos a tempranas horas, caminos, laderas y palas infectados de esquiadores, ¿pero la peña no piensa, o qué?
Podría parecer estar al alcance de muy pocos (nada más lejos de la realidad): poder disfrutar de montañas solitarias, con largas laderas sin huellas ni rastros, paisajes bucólicos y buena nieve; pero ésto está aquí al lado, a pocos kilómetros en línea recta de ésa «meca» que todos ansían visitar, no lo entiendo.
A sabiendas de todo lo comentado anteriormente, y con muchas ganas de soledad y montaña, encaminé mis pasos hacia la Sierra del Rincón. Llevaba ya varios días observando sus blancas laderas de la cara sur, y aquello parecía llamarme a gritos.
Engatusado por los ricos manjares que sabía que iba a encontrar entre sus parajes, dejé a un lado toda esa información fluctuante y condicionante existente en la redes sociales sobre aquellos lares que todo el mundo frecuenta y visita, y me aventure a saciar mi instinto más primario (el de lo desconocido).
Anduve cerca de una hora por una pista que transita por las entrañas de un espectacular y frondoso bosque, en donde nunca tanto bullicio dió tanta paz (la primavera se acerca y todos los seres del bosque reclaman su existencia). Y sí, anduve con los esquís a la espalda, prefiero mil veces andar por un bosque una hora, que estar envuelto en un atasco de vehículos y personas ese mismo tiempo.
El punto de partida elegido fue el Hayedo de Montejo de la Sierra, la pista elegida, el Camino Ermito (pista de tierra que sube hasta el cordal de las altas cumbres).
Tras un tiempo paseando a pie, me calzé los esquís y continué el ascenso, poco a poco las manchas de nieve se tornan más continuas y espesas (la elección del camino a seguir se basó justamente en ésto, por poco espesor, siempre resultará más sencillo transitar por un terreno sin matorrales).
Tras acortar alguna larga zeta del camino, pronto me encontré en el cordal de la montaña, las vistas son absolutamente espectaculares. Por un lado encontramos ese gran y desconocido coloso, el Cerrón; por otro, la «gran» montaña de la serranía: el pico del Lobo.
El pico del Lobo 2.273 m es un gran conocido por esquiadores y alpinistas, su ascensión más típica se realiza por su vertiente Norte, desde la conocida estación de esquí de la Pinilla.
No son pocos los esquiadores que ascienden desde su cara norte para más tarde, disfrutar de la sorprendente y agradable bajada por su vertiente Sur; y tras remontar ésta, acometer de nuevo el descenso por cualquiera de las opciones y canales de la cara Norte.
Ésta sería la actividad clásica de esquí de travesía en el pico del Lobo, por contra yo os voy a describir otra, nada comercial.
En absoluta soledad Po y yo, contemplamos aquellas blancas y atrayentes laderas, un regalo al alcance de todos y que todos desprecian.
En una larga media ladera ascendente nos dirigimos hacia la cumbre más prominente (el pico del Lobo) y envueltos en una tremenda ventolera (nunca he estado en ésta cumbre sin viento), nos preparamos para saborear la cremosa y extensa cara Sur.
Una vez en las entrañas del Valle del Silencio, encaminamos de nuevo a media ladera nuestros pasos, para ir a buscar el punto somital de nuestro ascenso desde el Hayedo de Montejo de la Sierra.
El Cerrón 2.197 m es una espectacular montaña del macizo Lobo-Cebollera, una gran conocida por senderista (que asciende de una forma «directa» desde el fondo del valle), pero nada conocida o transitada por esquiadores.
Acometemos los últimos desniveles, por las blancas laderas, hasta la misma cumbre del Cerrón.
Descenderemos por sus largas laderas de la cara Este, hasta encontrarnos con la misma pista que hemos utilizado en el ascenso.
Recalcar que en esta ladera podremos encontrar alguna placa de viento (suele azotar con ganas), igualmente también podemos encontrar alguna formación en el manto nivoso que dificulte la progresión (cencellada, Sastrugi, etc.), prestar atención a la hora de iniciar la ladera desde el cordal o la cumbre.
La Ruta propuesta
La ruta propuesta nos ofrece (siempre que las condiciones del manto nivoso lo permitan) el poder disfrutar de dos descensos: el primero de ellos es la clásica Cara Sur del pico del Lobo, y el segundo, la desconocida cara Este del Cerrón.
Ver y descargar el Track de la actividad
ACTIVIDAD REALIZADA CON EL MATERIAL (pincha para ver video test)
Sobreescalada 
que buena actividad! soy de Montejo y conozco algo la zona jeje
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Eyyy!, es cierto, una muy buena actividad. Suerte tienes de vivir por aquellos lares…. Saludos!
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