Por: Curro González, sobreescalada.com
Me gusta la gente sencilla, esas son las que te atrapan sin saberlo, sin ser consciente de lo que ofrecen. Y te lo dan, sin más.
Ya estaba en previo aviso, me lo advirtieron, sabía las actividades que hacía y hace con su compañero de aventuras y vida, pero aún así accedí.
¡Ojo que Zelia te soba las orejas….!, me comentaba Lau.
Y es que, si tenía de alguna manera no escrita una actividad pendiente con Carlos, también la tenía con Zelia.
Actividad realizada con Carlos
Escalada en Riglos: Mosquitos, Espolón Adamelo y Galletas
Por: Curro González, sobreescalada.com Fuego Pasión, energía, fuerza, claridad, voluntad, iniciativa e impaciencia Lo que piensas, te conviertes. Lo que sientes, atraes. Lo que imaginas, creas. Llevaba ya un tiempo almacenando en mi interior,…
Leer másAsí que después de dar mil vueltas, por fin concretamos día, hora y lugar.
Como no me fiaba, prefería jugar en casa, así que sutilmente dejé caer un espectacular plan de corretrepa por la serranía adyacente a mi hogar (y qué bien hice!).
Comenzamos la aventura en la localidad serrana de Valdemanco, nos dirigimos hacia las placas del Mondalindo a escalar una de sus rutas (la Conjuro, con alguna variante), nada más comenzar a correr me percaté de en la emboscada en la que me había metido.
Tras muchos, muchos años de correr y entrenar, soy capaz de saber que tal anda el compañero por su respiración y posición corporal, también por su zancada y por supuesto por su rostro. Todo ello lo observo muy sutilmente (sin que mi compañero se percate), así no incomodo a nadie y me guardo para mí, una valiosa información.

Y ésta va como un Galgo, sonrisa de oreja a oreja, hablando por los codos e incrementando ritmo en las cuestas.
Hoy toca apretar amigo, pensé.
Rápidamente llegamos a la base de las placas, en un largo ensamble llegamos al zócalo superior, y en otro largo más, nos encontramos al final del muro.
De nuevo una rápida transición y continuamos corriendo hacia la cumbre del Mondalindo, vistas espectaculares y buen rollo, comenzamos el cordal hacia Peñas Negras para más tarde acometer un descenso radical.

La bajada fue a saco (llevaba ya tiempo sin bajar tan rápido), pero aún así no conseguía recortar distancia con la polvorilla, la ingravidez jugaba a su favor (y yo me sentía como un Tráiler sin frenos, a punto de perder el control).
Llegamos muy rápido al Puerto del medio Celemín, desde aquí hicimos una larga media ladera (bordeando todas las Agujas de Valdemanco) hasta terminar en el Convento de San Antonio, en la Cabrera.
Repechón del bueno con toa la caló (menos mal que hay dos fuentes en el recorrido) y llegamos a la base de la Integral de Chamberí, en el Risco de la Ladera.
Escalada agradable, algún momentazo, y de nuevo nos encontramos en lo alto de otro risco.

Ascendemos tranquilamente el repechón hacia el Cancho Gordo, pequeño descanso y preciosas vistas, y yo temiendo otra bajada suicida (las rodillas, ese bien tan preciado a los 50).
Menos mal que Zelia se apiadó de mí y se puso a rueda, otra bajada rápida y en un abrir y cerrar de ojos, estamos de nuevo en el coche.
La qué te ha caído amigo Carlos !
Las vías de escalada


La Ruta



