Por: Curro González, sobreescalada.com
Hace ya bastante tiempo tuve la suerte de conocer a Roger, un entrañable escalador francés afincado en las mismas entrañas de Riglos. Recuerdo una larga conversación en su acogedora casa y como me explicaba su novedosa manera de calentar el agua.
Cuando me enteré de que Fernando Cobo había abierto una ruta de escalada con su nombre en el Fire, me alegré doblemente. Primero por Fernando, que había comenzado de nuevo a abrir diferentes rutas de escalada en los Mallos y segundo por Roger, por la suerte de poder tener un pequeño espacio junto a nombres como Rabadá-Navarro, Gallego-Carrillo, Antonio Picazo, etc.

Llevaba mucho tiempo queriéndola escalar, de hecho la reseña de la ruta estaba impresa en la carpeta de «deberes». Pero por diferentes motivos no he podido escalarla hasta el día de hoy.
La escalada transcurre cerca de las rutas Mediterráneo y Fisura Gallego – Carrillo, lo que tenemos que tener en cuenta si no nos queremos «comernos la cabeza» pensando que nos hemos confundido en el primer largo, es que este tiene una equipación mixta. De hecho el primer seguro es un clavo, luego un puente de roca, Spits y paraboles.

También tenemos que tener en cuenta que la gran mayoría de las reuniones son paraboles con anillas, pero que existen otras con cáncamos. En el primer largo encontramos un parabolt muy cerca de un antiguo Spits que puede llevar a equívoco pensando que es la primera reunión, si miras un poco más allá podrás ver las anillas a la derecha.
La roca se ha saneado bastante y es en general buena. En donde encontramos peor roca es en el tercer largo con un tramos bastante arenoso y en donde podemos confundirnos al ver otro parabolt a nuestra derecha, nosotros deberemos continuar por la entosta arenosa equipada de la izquierda.
Por lo demás es una escalada muy aconsejable, con un grado obligado amable (6b/A0). Y largos casi a tope de cuerda, permitiéndote disfrutar al máximo cada uno de ellos. Una vez más Fernando ha dejado una elegante línea que no defrauda.

Nosotros la escalamos con una cuerda simple de 8,9 mm y 50 metros. Y 18 cintas exprés.
Después de escalar esta ruta se me ha vuelto a reavivar la «sed» escalatoria de Riglos, así que he vuelto a desempolvar las diferentes escaladas que me quedan pendientes. Ahora bien, ya puedo amueblar bien la cabeza. Las que me quedan ya son añejas, añejas…
Reseñas: Fernando Cobo.