Por: Curro González, sobreescalada.com
Hacía mucho tiempo que no me sentía atraído ni motivado para embarcarme en la lectura de un libro relacionado con la montaña y la escalada, pero intuía que éste iba a ser diferente (y no me confundí).
La autora (Silvia Vidal) me genera mucha curiosidad y admiración, a la par que respeto (no sólo deportivamente, hay algo ahí). Una de esas personas que, pese a no conocer personalmente, creo que son de «quitarse el sombrero«.
Sus relatos, impregnados de experiencias reales, transmiten la emoción del roce con el frío y la belleza de la soledad, convirtiendo cada aventura en una lección sobre la perseverancia y la conexión con la naturaleza.
Cada montaña escalada, cada palabra escrita, se entrelazan en su vida, creando un poderoso texto. Con este relato, Silvia Vidal nos invita a todos a mirar hacia arriba, a desafiar nuestros propios límites y entender que cada cumbre, ya sea física o metafórica, es alcanzable con pasión y dedicación.
Me quedo con alguna frase grabada:
«Muchas incertidumbres que, por otra parte, son las que dan pie a todas las posibilidades».
«Y todo me parecía normal y natural porque no había ideas preconcebidas, ni información distorsionante, que pudiera alentar los miedos».
«Pues para que sea un reto debo dudar de si podré hacerlo».
«Porque aunque no sentía que quisiera ir, sí sentía que tenía que ir».
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